Hoy en el sector educativo mexicano existe una confusión de ámbitos en materia de educación. Se hacen políticas diversas, como Carrera Magisterial, que es un programa que tiene que ver con la administración de los recursos humanos dentro de la educación, el cual es un escalafón y como tal, cumplió con sus objetivos; o la descentralización educativa, que pretendió acercar los servicios a la población y que también cumplió con su objetivo. Sin embargo, a ambas se les atribuye el tema de la calidad educativa como su cometido en primera instancia.
Así entonces hay que centrarnos solamente en la calidad educativa, plantear programas y políticas relacionadas al ámbito pedagógico, tarea que El Centro Regional de Cooperación para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, CREFAL, ha llevado a cabo desde su fundación con el objetivo de lograr un mayor impacto en el aprendizaje y capacitación de los docentes.
Enfocada en la educación de jóvenes y adultos, la institución es pionera en el mundo en la reflexión, análisis y puesta en marcha de programas pedagógicos en la región de América Latina y el Caribe. Es un importante centro donde las ideas encuentran un eco para florecer en el suelo fértil de la investigación desde diversas áreas del conocimiento.
Es por ello, que ante la urgencia, obligación y derecho de la Secretaría de Educación Pública de evaluar lo que se está haciendo en materia de educación, sea necesario tener referencias elementales que den una panorámica para dirigir los esfuerzos en la materia, pero que respete los derechos adquiridos por sus trabajadores; que también atiendan a las distintas condiciones en que se da el hecho educativo; y que considere las diferencias socio culturales de entrada de los alumnos.
Si conocemos las distintas condiciones que enfrentan los maestros en el proceso educativo, se puede trazar una línea de regresión o predicción y a partir de ella, valorar el avance real de lo logrado, pues no es lo mismo el esfuerzo de un maestro de grandes ciudades (incluso un maestro de las periferias que un maestro metropolitano), que el de un maestro rural o uno de las escuelas para niños de trabajadores de la pizca de tomate en Sinaloa o de cualquier otro grupo de población carenciada.
Hay que conjuntar estos elementos para determinar cuál es el modelo de evaluación educativa que se pretende para hacer una evaluación racional; definir el rumbo de la educación por regiones, porque los recursos y las realidades no son uniformes. Es ahí donde entran todos los actores de la sociedad: los expertos, los líderes, los medios, la sociedad civil organizada, los sindicatos y por supuesto, la autoridad.
El concepto de zonificación debe trasladarse más allá de la evaluación, para que un aprendizaje sea significativo también se debe tomar en cuenta este factor. Un programa que está mostrando resultados en este tenor, es “Aprendizajes en Familia”, implementado por el CREFAL.
El proyecto busca crear un modelo flexible que parta de las realidades concretas y complejas de la intersección de los tres escenarios educativos: el entorno familiar, la educación escolar y la participación comunitaria. El programa está dirigido sobre todo a las familias que por diferentes circunstancias no pueden proporcionar a sus hijos un ambiente rico en estímulos para leer y escribir.
Este proyecto busca fortalecer las habilidades de lectura y escritura de los participantes, al mismo tiempo que les permite explotar las prácticas que sean necesarias para mejorar su logro educativo y el desarrollo equitativo y sustentable de las comunidades.
México necesita un nuevo pacto federal, volver los ojos a la educación, a las condiciones en que se desarrolla el fenómeno educativo singularizándolo, sensibilizando a toda la sociedad, para que sentemos las bases que nos den equidad como sociedad y que en su conjunto, se formen utopías realizables en un futuro no muy lejano.