Este año, Erre Ese ha cumplido cinco años, cinco años dedicados a ayudar a organizaciones de todo tipo a ser más sostenibles. La celebración de este evento nos ha permitido echar la vista atrás y valorar como han cambiado las cosas en este tiempo. Quizá nuestra visión es sesgada, pues tenemos la suerte de colaborar con algunas de las empresas más responsables del país, pero existen datos objetivos que corroboran nuestra percepción.
Cuando comenzamos nuestra andadura, allá por 2012, la situación económica era complicada para muchas empresas. Algunas, paralizaron cualquier iniciativa que no fuera respuesta a un requisito legal o imperativo de grupo o cliente. Otras, vieron en este momento la oportunidad perfecta para racionalizar sus planes de acción en materia de responsabilidad social: ya no hablamos de repartir lo que nos sobra en iniciativas sociales (porque quizá no sobra nada), sino de gestionar lo que invertimos. En ese momento, quedo claro para muchos que, lo primero para ser sostenible, es existir. Solo unos resultados económicos sostenibles permiten trabajar en las otras vertientes de la RSC, la social y la ambiental. Afortunadamente, ese enfoque se mantiene hoy.
Si pensamos en términos de gestión ambiental, en 2012 prácticamente nadie había oído hablar del concepto “huella de carbono” … ¡si es que aún se discutía si existía o no cambio climático! En 2014, se aprueba el Real Decreto 163/2014, por el que se crea el registro nacional de huella de carbono, y desde entonces, más de 500 empresas han calculado su huella de carbono y, muchas de ellas, la han reducido y/o compensado. Esto, sin hablar de las iniciativas orientadas a calcular la huella de carbono de productos, o incluso de eventos.
Hoy, la gestión ambiental tiene mucho más en cuenta el ciclo de vida, tanto por la visión que en este sentido aportan los cálculos de huella de carbono (incluso huella hídrica, otra herramienta que está cogiendo impulso últimamente), como por los cambios introducidos en los sistemas de gestión ambiental tipo ISO, al hilo de la nueva versión, ISO 14001: 2015, otra de las grandes novedades de este lustro.
En términos sociales, nuestro mayor campo de conocimiento lo constituye la conciliación de la vida personal y profesional y la igualdad de oportunidades. En relación a la primera, gracias a la experiencia acumulada, trabajando con las más de 25 empresas a las que hemos ayudado a implantar el Modelo efr en este tiempo, somos conscientes de cómo ha cambiado la cultura de las organizaciones, y también las expectativas de las personas que en ellas trabajan.
Al margen de las iniciativas del Gobierno por regular horarios y controlar presencia física, las empresas tienden a flexibilizar cada día más los tiempos y los espacios de trabajo. Hace 5 años, hablar de teletrabajo era hablar del futuro, de países europeos y grandes corporaciones. Hoy, muchas empresas (ni tan grandes ni tan tecnológicas como podría parecer) han puesto en marcha proyectos piloto de teletrabajo, y tienen a buena parte de sus personas trabajando desde casa, 1 o 2 días por semana. De hecho, cada vez más sedes no cuentan con un espacio fijo para cada empleado.
En términos de igualdad de oportunidades, las iniciativas para fomentar el desarrollo profesional de las mujeres se han multiplicado. De los primeros planes de igualdad, generalistas, en muchos casos meros “brindis al sol”, hemos pasado a planes concretos y exigentes, que parece más propios de un Departamento de RSC que de Relaciones Laborales. Hoy, la brecha salarial es un hecho irrefutable, y muchas empresas tienen acciones realistas (lejos del manido “seguimiento de indicadores”) para reducirlo. Hoy, incluso Europa se plantea elaborar una regulación específica.
Y si hablamos de regulación, es necesario destacar el recientemente publicado Real Decreto Ley 18/2017, sobre información no financiera. En 2012, las empresas reportaban “números”, hoy, muchas (muchas más de las afectadas por el Real Decreto), son conscientes de la importancia de ser transparentes, de informar a sus grupos de interés de lo que hacen y lo que consiguen (no solo en términos económicos) … lo que son.
Haciendo balance de como han cambiado las cosas, en términos de gestión de la sostenibilidad, en estos cinco años, solo puedo decir que estoy deseando ver lo que nos traen los próximos cinco. Con seguridad, cada vez más organizaciones gestionarán las variables económicas, ambientales y sociales, considerando a todos sus grupos de interés, y con visión de medio y largo plazo. Y entonces, tendremos un mundo un poquito más sostenible.