Casi 40 millones de personas se encuentran en condiciones de emergencia alimentaria en todo el mundo. Siete veces más que en 2016. La multiplicación y regionalización de conflictos armados y la recurrencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos están aumentando exponencialmente el número de situaciones de emergencias. Además, cada vez son más comunes las emergencias complejas, aquellas en las que coexisten distintos tipos de crisis, como conflicto armado con epidemia, y que necesitan respuestas múltiples y complementarias.
Las intervenciones de emergencia están en el corazón del mandato de Acción contra el Hambre como organización humanitaria internacional que lucha contra las causas y los efectos del hambre. Dentro de la organización hay un equipo de emergencias formado por profesionales con perfiles técnicos y especialistas en las diferentes áreas de intervención, tales como agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria, nutrición y salud. Todas ellas están disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para ser desplegadas en un período de 24 a 48 horas tras una emergencia.
Una respuesta de emergencia no consiste solo en lanzar sacos de arroz desde un avión o recoger mantas y comida para enviar a las víctimas. Los miembros del equipo no solamente se desplazan al terreno ante emergencias súbitas y declaradas oficialmente por autoridades nacionales o internacionales. También lo hacen para emergencias no declaradas o aquellas “silenciosas” o de tracto lento donde las condiciones de vida de una población se deterioran tanto que es necesaria una intervención humanitaria urgente.
Pero no solamente se activan durante la emergencia. También lo hacen antes y después; ejemplo claro ha sido la actuación ante el último tifón que golpeó Filipinas o la respuesta en Moldavia al conflicto de Ucrania. Un trabajo que se desarrolla en tres fases:
- Antes de la emergencia: incluye el monitoreo y categorización constantes de amenazas y crisis existentes a nivel global. Esta categorización se realiza gracias a la información adquirida a través de sistemas de alerta temprana y bases de datos con indicadores de riesgo para la acción (RIFA). En esta fase, el equipo también trabaja con y apoya a las misiones en la planificación y preparación de respuestas – uno de los componentes del ciclo de gestión de desastres – ante posibles emergencias basadas en escenarios de riesgos informados y específicos.
- Durante la emergencia:
- Evaluación rápida de necesidades: tanto en emergencias súbitas, de tracto lento o crisis prolongadas, el pool de emergencias puede realizar una evaluación rápida de necesidades adaptada al contexto específico. Los miembros del equipo ayudan a las misiones al diseño e implementación de las evaluaciones a través de varias herramientas. Entre otros componentes, estas herramientas contienen encuestas dirigidas a informantes clave y hogares que convierten la información en indicadores específicos sobre las necesidades de una población/región ante una emergencia.
- Desplegando la respuesta: Miembros del equipo pueden desplazarse al país o zona en estado de crisis para realizar varias actividades in situ. Entre ellas y en coordinación con las misiones: evaluación rápida de necesidades; apoyo estratégico, logístico, técnico y de coordinación para la respuesta de emergencia; formaciones; apoyo al diseño de propuestas de proyecto para donantes; etc.
- Misiones exploratorias: Allá donde Acción contra el Hambre no tiene misión, los miembros del pool de emergencias pueden realizar misiones exploratorias para, entre otras cosas: evaluar las necesidades; iniciar las actividades de socorro en base a un plan de acción; identificar y evaluar posibles socios locales a través de los que implementar actividades; establecer la estructura logística, administrativa y operativa para dar respuesta a la emergencia y poder, en caso necesario, abrir oficina/misión; preparar propuestas de proyecto de emergencia para donantes; etc.
- Después de la emergencia: Se adapta la respuesta al contexto post-emergencia. El trabajo se vincula a actividades y objetivos de rehabilitación, con especial énfasis en el desarrollo local. Se siguen evaluando las intervenciones y el impacto.
Para todas estas actividades, el equipo dispone de fondos de emergencia (principalmente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID) y de stock de emergencia con varios almacenes en el mundo. Puede desplegarse a terreno parcial o totalmente, dependiendo de las necesidades de emergencia identificadas y de los fondos disponibles.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Alimentación, en colaboración con Acción contra el Hambre