Una gestión inteligente de la RSE que moldee y convierta las dificultades y riesgos en oportunidades reales para la mejora de nuestro negocio, con absoluto respeto por los valores sociales y en clara armonía con todos los grupos de la sociedad con los que nos relacionamos a diario. Así entendemos en ArcelorMittal, el principal productor siderúrgico y minero a escala mundial, el Desarrollo Sostenible y la Responsabilidad Social.
ArcelorMittal ha venido vinculando de manera indisoluble su crecimiento sostenible al despliegue de políticas proactivas con las que abordamos aquellos aspectos sociales, ambientales, económicos y éticos que reclaman nuestra atención. Políticas y directrices que no son sino los vehículos que utilizamos para alinear en una misma dirección las conductas responsables de cada integrante de la organización: ser más competitivos, más resistentes, más eficientes y, en definitiva, más líderes.
La estrategia de sostenibilidad y RSE por la que ha apostado ArcelorMittal gira, por lo tanto, en torno a un concepto clave, el del comportamiento responsable, ya sea ante retos globales como el cambio climático, como a nivel local, apoyando a la comunidad. Y en ambas esferas de actuación, ArcelorMittal tiene mucho que decir y exhibir. Como resultado de nuestra participación activa en la economía circular, hemos reutilizado para la producción de acero más de 8 millones de toneladas de chatarra en los últimos tres años. Gracias a este compromiso, no solo se ha reducido hasta en un 85% el consumo de agua y un 80% el de energía, sino que se ha evitado la emisión de casi 12 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Y en cuanto al compromiso con el desarrollo de las comunidades en las que desplegamos nuestra actividad, las inversiones sociales en el último trienio alcanzan los 700.000 euros y la contribución económica total asciende a cerca de 12.000 millones de euros.
Pero el verdadero puntal de nuestro enfoque de la sostenibilidad, y así lo interpreta el Comité Nacional de Desarrollo Sostenible de ArcelorMittal España, reside en la integración de la misma en la gestión del negocio, en claro paralelismo con otros sistemas de gestión de la seguridad o de la calidad. Es decir, que debemos ser capaces de asegurar que una tonelada de acero fabricada en ArcelorMittal representa algo más que mil kilos de material: ha sido fabricada con materias primas extraídas de manera sostenible y respetuosas con las leyes y los derechos humanos, procesada con total seguridad por trabajadores formados adecuadamente, en instalaciones mantenidas gracias a las inversiones realizadas, elaborada siguiendo diseños evolutivos encaminados a mejorar las condiciones de vida de la sociedad y suministrada con altos estándares de calidad y servicio.
El camino que hemos escogido no es ni corto ni sencillo, pero los resultados de la decidida apuesta por la sostenibilidad y la RSE ya son visibles: los socios comerciales nos ven como el partner preferido; los jóvenes talentos como el vivero de maduración profesional, y los grupos de interés con quienes interrelacionamos, como un agente que no solo es capaz de generar riqueza económica sino que también muestra una preocupación por la preservación del entorno que nos sirve de escenario, a las generaciones actuales y a las venideras.