Las desigualdades de género profundamente arraigadas que existen en Asia Oriental y el Pacífico son una de las principales causas de que las niñas y los niños no tengan las mismas oportunidades. Al mismo tiempo, la voz de las mujeres y las niñas y su participación en la vida pública está muy limitada.
En países como Myanmar, Laos, Camboya y Vietnam, con un menor nivel de desarrollo, las mujeres y las niñas corren un mayor riesgo de sufrir desigualdad de género. Asimismo, muchos países con inseguridad alimentaria, como Camboya y Laos, también presentan un índice de desigualdad de género alto.
Algunos comportamientos sociales como la preferencia por los niños varones, que conduce a la selección del sexo antes del nacimiento, al matrimonio precoz, las funciones preestablecidas para las mujeres de llevar la carga de trabajo doméstico junto con el cuidado de la familia, ponen a las mujeres y las niñas en situaciones perjudiciales.
Una de las consecuencias de la desigualdad de género es la violencia contra las mujeres y las niñas. En Vietnam, por citar un ejemplo, el 30% de las mujeres declaran haber sufrido violencia física por parte de sus parejas.
Las catástrofes, los conflictos y las crisis sanitarias como la COVID – 19 agravan aún más la situación de las mujeres y las niñas. Una evaluación de recuperación tras la COVID – 19 realizada por World Vision en la región puso de relieve que las niñas se sentían más inseguras durante los confinamientos que los niños.
¿Qué desigualdades hay que eliminar para lograr la igualdad en Asia Oriental?
Sólo cuando las niñas y las mujeres disfrutan de la misma voz, libertades, recursos y oportunidades, la resiliencia individual y comunitaria y el progreso se ven reforzados y sostenidos. Sin embargo, los prejuicios y las normas negativas de género en las comunidades, provocan vulnerabilidades de niñas y mujeres en los ámbitos social, educativo, institucional, cultural y económico, limitan las oportunidades y deben cuestionarse y abordarse trabajando con los padres, líderes religiosos y comunitarios, los hombres, las mujeres, las niñas y los niños.
Además, el acceso limitado de las niñas y mujeres en esferas significativas afecta a sus vidas cotidianas, y el acceso limitado a la educación, el apoyo a la protección, los servicios de salud reproductiva y el acceso a oportunidades de subsistencia conducen a desigualdades de género. Promover la igualdad y la inclusión en todos los programas y actividades es fundamental para defender la igualdad de derechos, libertades, acceso y oportunidades entre hombres y mujeres.
Cambios en la vida de las niñas y mujeres de las comunidades
En Vietnam, un comité de protección de la infancia consiguió escolarizar de nuevo a Xa, de 14 años, y evitar que se casara. En Vietnam, las mujeres y las niñas de las comunidades étnicas se enfrentan a riesgos implacables de violencia, desigualdad y abusos. La pobreza y los dogmas son algunas de las causas que empujan a miles de niñas a abandonar la escuela y a contraer matrimonios concertados, reforzando el modelo de pobreza – analfabetismo – matrimonio infantil. Para romper este ciclo, World Vision en Vietnam trabaja con el Comité de Protección de la Infancia (CPC) del país para capacitar a las jóvenes para que continúen su educación, persigan sus sueños y alcancen todo su potencial. Su labor es fundamental para detener los matrimonios infantiles en sus comunidades y educar a las familias sobre la importancia de educar a sus hijas e hijos.
En Myanmar, se ha establecido un sistema de protección infantil basado en la comunidad que establece clubes de lectura extraescolares, proporciona asistencia sanitaria y nutricional a las madres embarazadas y a los niños menores de cinco años y ofrece formación agrícola y ganadera. Las familias vulnerables, incluidas las encabezadas por mujeres, acceden a servicios financieros y se les forma en gestión financiera.
Thu Thu, que hoy tiene 20 años, comenzó a participar en la actividad de desarrollo infantil cuando tenía 6. Cuatro años después, se formó un grupo de niños y niñas y a ella se le asignó el papel de contable del grupo. En 2018, Thu Thu se convirtió en la líder del grupo al que llamaron “Silver Stars“. “Éramos 28. Aprendimos sobre habilidades para la vida, protección infantil y derechos de los niños y niñas, seguridad infantil on line, conservación del medio ambiente, igualdad de género, etc. Después de recibir la capacitación, lideré el grupo y compartí el conocimiento con otros niños y niñas. Estoy muy orgullosa de mi trabajo”, comparte Thu Thu.
La igualdad de género debe ser el pilar fundamental en el que se basan los proyectos de desarrollo, pues sólo a través de la igualdad de oportunidades podremos construir un futuro justo. Bajo esta premisa es además fundamental trabajar de la mano de las comunidades locales, grupos de la sociedad civil, donantes y socios del sector privado para proporcionar acceso inclusivo e igualitario a los derechos fundamentales entre los que se encuentra el acceso a agua, atención sanitaria y educación de calidad, protección y oportunidades de empoderamiento económico.