A diferencia de la Cumbre de Paris, hace dos años, las charlas del cambio climático de Bonn se han ido sin dejar demasiado ruido. Sin embargo, aunque no ha habido ningún anuncio relevante, estos encuentros siguen siendo importantes, como ha recogido la comunidad internacional, para marcar el ritmo de los acontecimientos para definir el camino hacia la ambiciosa meta de París 2015 de mantener el calentamiento global en 1,5 grados.
Para las compañías, las conferencias de la COP son una buena oportunidad para aprender sobre lo que está pasando a nivel global y cómo nosotros, como uno de los actores, podemos encajar en el panorama general.
Reflexionando sobre cómo nosotros como Asia Pulp & Paper (APP) podemos tener un mayor impacto en la lucha contra el cambio climático, he dado con dos áreas que quiero reintroducir en nuestro campo de trabajo:
- Reconociendo la interrelación natural entre el clima y los objetivos sociales, y
- Aumentando la colaboración y asegurando que estos compromisos tienen una base científica y cuantificable.
Cumplir con nuestro compromiso de lucha contra el cambio climático requiere centrarse en la gente que vive y trabaja en las áreas alrededor de los bosques y las turberas, que son áreas que almacenan gran cantidad de carbono, dos cualidades importantes en los paisajes de Indonesia. Sin anteponer a estas personas y sin identificar las soluciones que nos llevarán a una mejor subsistencia de forma climáticamente inteligente, nos encontraremos en serias dificultades para convertir nuestro éxito en algo duradero.
Las decisiones climáticas basadas en la tierra son particularmente importantes porque están relacionadas con alcanzar la seguridad alimenticia y otros objetivos de desarrollo sostenible (SDGs). Identificar formas para afrontar múltiples problemas de un modo integrado es lo que hará que triunfemos o fracasemos en nuestra habilidad para alcanzar de un modo simultáneo el desarrollo y el objetivo climático.
Esto lo hemos visto nosotros mismos cuando dimos a conocer el Programa Integrado de Silvicultura y Agricultura de APP que aborda muchos de los SDG en términos de mejora en los ingresos de las comunidades y seguridad alimentaria. Lo implementamos a través de la formación en la agricultura climatológica inteligente, a la vez que también afronta los objetivos climáticos mediante la reducción de la deforestación y la prevención de incendios. Estamos trabajando al interno de cada comunidad para desarrollar capacidades en un modelo de negocio en el cual el desarrollo de la agro-silvicultura se separa de la deforestación y donde un mejor ingreso no viene dado por la invasión de terrenos. Desde que lanzamos el programa IFFS en Paris en la COP21, lo hemos implementado en más de 146 comunidades, beneficiándose de él más de 7.000 personas. Nuestro plan es llegar a 500 comunidades en 2020, con un modelo que puede ser llevado fácilmente a otras áreas.
Algunos de los mayores retos en el desarrollo integrado de soluciones climáticas en el sector del uso de la tierra son cuantificar la reducción de emisiones y atribuir el impacto de ciertas intervenciones específicas. La colaboración entre los stakeholders (gobierno, sector privado, academias, pequeños agricultores) será necesaria para crear el abanico de herramientas necesario para abarcar los dispersos datos actuales y sus fuentes, especialmente según nos acercamos a 2020 y el enfoque cambia a intensificar las acciones a medida que miramos hacia 2030 y más allá. Sin saber el impacto en nuestras actividades actuales, será difícil, si no imposible, identificar y priorizar qué acciones deben ser ampliadas.
En APP, trabajamos con nuestra propia visión para 2030, incluyendo una evaluación del impacto que ya hemos alcanzado y cómo nuestras actividades actuales bajo la Política de Conservación Forestal contribuyen a lograr el Acuerdo de París, y los SDGs.
En un esfuerzo por evaluar mejor este impacto, APP ha lanzado recientemente un acuerdo de colaboración con CIFOR-ICRAF y el Ministerio de Aldeas de Indonesia, que reunirá a cada una de las áreas de experiencia respectivas y contribuirá con cada uno de nuestros objetivos en la búsqueda de un de desarrollo bajo en carbono en Indonesia.
Mediante la monitorización del impacto de las actividades que llevamos a cabo en el programa IFFS –la capacitación de comunidades en la agricultura climáticamente inteligente, conservación forestal y estrategias de prevención de incendios– seremos capaces de cuantificar el incremento de ingresos, las reducciones en emisiones, y la reducción de incidencia de incendios, y poder atribuir estos cambios a intervenciones específicas. Esto contribuirá a la realización del inventario en el cual las actividades deben ser replicadas y aumentadas en la implementación del ‘cómo’ de París.
Con el foco en 2018 para establecer la guía y las normas sobre cómo alcanzar el Acuerdo de París, es importante que esta guía aborde cómo los stakeholders –incluyendo el sector privado- se pueden mover hacia objetivos de reducción de emisiones con base científica. Nuestra propia experiencia con nuestra Política de Conservación Forestal nos ha mostrado la importancia de establecer objetivos ambiciosos y al mismo tiempo garantizar que existe un marco para monitorizar el progreso. Si bien hemos identificado formas de evaluar nuestro impacto en términos de métricas establecidas, se necesita una mayor orientación sobre cómo las empresas deben medir y, por lo tanto, administrar su “participación” en las emisiones de gases de efecto invernadero en relación con los compromisos nacionales.
Finalmente, me han alentado los líderes de nuestros vecinos del Pacífico en cuanto al avance del concepto procedente de Fiyi de “Talanoa”, o lo que es lo mismo, el diálogo inclusivo y participativo para generar confianza y una toma de decisiones más integrada. Sin conocer el término previamente, APP ha apoyado este concepto en nuestro propio compromiso con las partes interesadas en los últimos años y estamos dispuestos a seguir compartiendo nuestra historia y contribuyendo a las duras discusiones sobre cómo hacer que el Acuerdo de París sea una realidad.