Estamos en la Década de los Océanos. Quizá no lo sabías, pero es importante recordarlo porque no podemos ignorar lo que pasa en sus profundidades ni todo lo que hacen por nosotros. En 2030, deberíamos haber protegido al menos el 30 % de nuestro planeta azul. Es lo que se conoce como compromiso 30×30 y según los principales científicos de todo el mundo, este objetivo es clave para solucionar la crisis climática y de biodiversidad.
Con motivo del Día de los Océanos, que se celebra el 8 de junio, compartimos contigo algunos datos importantes sobre el asunto y te recordamos que todavía estamos a tiempo de protegerlos como se merecen.
Toda una vida junto a los océanos
Como explica la científica Anna Cabré, “en realidad, la Tierra es un solo océano gigante entrecortado por continentes”. Incluso podríamos cambiar el nombre del planeta por el de Planeta Océano. Es más, todas las cuencas oceánicas se unen en la Antártida, en lo que se conoce como Océano Austral, donde se forman las corrientes más profundas, y para simbolizar que todos estamos conectados por el medio marino, utilizamos la expresión #oneocean.
En cualquier caso, cuando decimos que la vida no se entiende sin los océanos, no exageramos. Mira solo algunas de las cosas que hacen:
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El fitoplancton, que solo crece en los océanos, produce más de la mitad del oxígeno nuevo y es la base alimenticia del resto de la fauna marina.
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El océano es el responsable de estabilizar el clima en la Tierra.
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Más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento.
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Los océanos son la mayor fuente de proteínas del mundo.
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Contienen casi 200.000 especies identificadas, pero las cifras reales pueden ser de millones.
Así nos protegen ellos
Solemos hablar mucho de lo que podemos hacer nosotros para mitigar los efectos del cambio climático, pero los océanos también están contribuyendo a esta causa, a pesar de que sufren graves consecuencias. Sin ellos, la subida de la temperatura en la Tierra hubiera sido mucho mayor, y es que las grandes masas de agua se han convertido en auténticos sumideros de carbono, como si fueran almacenes, llegando a absorber el 93 % del calor producido por las emisiones de gases de efecto invernadero. La cifra es impactante.
Por otra parte, los océanos absorben alrededor del 30 % del dióxido de carbono que producimos los humanos. Esto es beneficioso para nosotros porque así se libera de la atmósfera y no nos afecta directamente, pero ¿a costa de qué? De la acidificación de las aguas, un fenómeno que repercute en la fauna marina. Además, el exceso de CO2 está acelerando el blanqueamiento de los corales, cinco veces más frecuente ahora que hace cuarenta años.
Cuanto mayor sea la acumulación de CO2 en los océanos, más subirá su temperatura (y el nivel del mar). Si seguimos así, el oxígeno que hay en las profundidades se irá reduciendo cada vez más. De hecho, ya hay zonas llamadas anóxicas en las que los peces no pueden respirar.
Solo están protegidos el 8 % de los océanos
En el Informe Global de Evaluación sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos realizado por la ONU, se afirma que el 66% de los ecosistemas marinos han sufrido alteraciones drásticas por la acción humana. Quedan ocho años para que se acabe la Década de los Océanos. Estos son ocho gestos que podemos hacer entre todos para asegurarnos unos océanos sanos.
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Reducir emisiones de CO2. Cuando dejas el coche y te subes al transporte público, estás aportando tu granito de arena. También puedes reducir el consumo de energía en casa o en el trabajo, ya que para producirla generamos emisiones.
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Detener la sobreedificación en la costa, que destruye los ecosistemas marinos.
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Evitar la pesca insostenible. Hay especies sobreexplotadas que están agotándose. No podemos permitirlo.
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Reducir el consumo de plástico y, por supuesto, reciclar siempre. Los plásticos que acaban como basura en el mar son una de las grandes amenazas para los animales marinos.
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No comprar productos obtenidos de los arrecifes de coral o de las poblaciones marinas.
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Si te gusta el mar para practicar deportes, cuídalo y respeta el entorno.
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Hazte voluntario de alguna organización que luche para proteger la fauna y los hábitats marinos.
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Intenta influir en el cambio. Habla de este tema con tus hijos, amigos, compañeros de trabajo… Seguro que si tienen información, también se unirán al cambio.
Gracias, océano
El compromiso 30X30, firmado por líderes mundiales en la Cumbre de Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP15), es un hito histórico y muy necesario. Proteger al menos el 30 % de nuestras tierras, aguas y océanos para 2030 será clave para conseguir el mar que queremos:
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Más limpio y sin fuentes de contaminación.
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Sano y resistente, donde los ecosistemas marinos no están amenazados porque se protegen y se restauran.
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Productivo pero basado en una economía oceánica sostenible.
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Seguro y capaz de abastecer a los que dependen de este medio.
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Accesible para todos y abierto a la innovación.
Quizá deberíamos haber valorado mucho antes el papel de los océanos en nuestra vida, pero si estás leyendo esto y tomando conciencia, ojalá también seas un optimista como nosotros y empieces a pensar qué puedes hacer para protegerlos.
Y si crees que ya es demasiado tarde, pásate todos los viernes por las redes sociales de @worldoceanday, donde publican “titulares felices” sobre la actualidad de los océanos, como por ejemplo que Australia ha bloqueado, por primera vez, una mina de carbón para salvaguardar la Gran Barrera de Coral.
A lo mejor cambias de opinión, los océanos te lo agradecerán.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de los Océanos, en colaboración con ISDIN.