Este domingo 21 de mayo celebramos el Día de la Diversidad e Inclusión con un balance muy positivo en las organizaciones.
Sin duda, podemos afirmar que se ha avanzado en políticas que promueven y aceleran la representación diversa. Además, se ha avanzado también en la sensibilización a los líderes y stakeholders sobre la idea de que un entorno de libertad y confianza es clave para potenciar el talento interno y, al mismo tiempo, poder atraer el talento externo.
Aun así, queda mucho por hacer. Ya que, todo esto solo generará resultados reales si conseguimos construir una cultura inclusiva y si logramos que la inclusión atraviese cada una de las acciones y comportamientos cotidianos.
¡Es momento de trabajar en ello! Una oportunidad para impulsar promotores o aceleradores que conviertan esta intención en una verdadera cultura. Por ejemplo, es momento de impulsar un modelo de liderazgo sin sesgos a la diferencia, donde las aportaciones de todos sean escuchadas. También de apostar por una Experiencia del Empleado flexible, que permita la conciliación y genere los espacios para que cada uno disfrute de lo que es importante para él/ella. Además, es la ocasión para fomentar la comunicación interna inclusiva, con imágenes y mensajes en las que todos/as pueden sentirse representados. También será importante apostar por un aprendizaje profundo de las habilidades necesarias para construir con quienes piensan, sienten y actúan diferente.
Este 21 de mayo estaremos muy pendientes de la evolución de las iniciativas puestas en marcha en las diferentes organizaciones, y las disfrutaremos. Pero, sobre todo, al día siguiente seguiremos trabajando para generar entornos más diversos e inclusivos. Ese, es el camino.
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