Sabemos que, sin agua, no hay alimentos ni tampoco vida. Somos conscientes de la responsabilidad y la implicación directa que tienen los recursos hídricos en nuestra actividad y en el sector agroalimentario. Por ello, trabajamos continuamente para mejorar la eficiencia hídrica a través del establecimiento de acciones y objetivos en el ámbito industrial y agrícola, de la mano de la tecnología y de otros mecanismos diarios que contribuyen a hacer frente a los períodos de sequías y restricciones hídricas que sufrimos en nuestros territorios.
Aliados con la tecnología y la agricultura de precisión
Una herramienta clave en esta transición es la agricultura de precisión, la cual nos permite adaptar nuestras necesidades diarias para contribuir a garantizar una mayor disponibilidad de agua en el futuro y hacer un uso responsable de la misma. Ésta juega un papel relevante en la estrategia de Borges por la lucha contra el cambio climático, ya que nos permite una mayor eficiencia en el uso de los recursos y contribuye a conseguir uno de nuestros objetivos: monitorizar el estado hídrico y los nutrientes del suelo y la planta. Con los datos precisos, podemos ajustar la dosis de riego y fertilización a las necesidades de cada momento del ciclo vegetativo. Con una apuesta clara: no malgastar ni una gota.
Otras de las técnicas de agricultura de precisión usadas en Borges son los sistemas de riego localizado y la utilización de goteros de muy bajo caudal para ajustarlo a la capacidad de infiltración del terreno. También fomentamos el uso de nuevas tecnologías en forma de sensores integrados en el sistema de riego y en el propio suelo e implementamos pruebas de riego deficitario controlado con tal de ajustar las dosis hídricas en las plantaciones. Esta última práctica se basa en reducir los aportes de agua en los estados vegetativos en los que el déficit hídrico controlado no afecta a la producción ni a la calidad de la cosecha, adaptándose así a las necesidades del ciclo de cada planta.
Con dichas técnicas, en Borges obtenemos la información necesaria para comprobar la eficiencia en el uso del agua, lo que asegura eficacia y eficiencia en la fertilización y permite modular y asegurar el aporte suficiente de nutrientes en cada momento del ciclo de riego.
Cálculo de la huella hídrica
Para monitorizar el avance de nuestra estrategia de agricultura responsable, desde Borges hemos iniciado el proceso de cálculo de la huella hídrica y estamos adheridos a la red EsAgua. Este cálculo permitirá sentar la base de la huella hídrica de las fincas propias de Borges cultivadas con nogales, pistacheros y almendros, así como nos permitirá identificar los puntos críticos y valorar medidas en los que focalizar la reducción del uso del agua.
Esto se suma a la certificación GLOBAL GAP (Good Agricultural Practices) en el 95% de las hectáreas propias que gestionamos, uno de los estándares internacionales en materia de buenas prácticas agrícolas y agricultura sostenible.
A todo este contexto, hay que añadirle la previsión de la FAO sobre un incremento del 60% en la demanda de alimentos para el año 2050, lo que incrementará aún más la presión sobre este recurso. En este contexto, el compromiso del sector agroalimentario será clave para garantizar la disponibilidad de agua en el futuro.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Agua (22 de marzo).