La movilidad dentro de las ciudades representa más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se computan como transporte según el Sistema Español de Inventario y Proyecciones de Emisiones de Contaminantes a la Atmósfera (SIE). En Europa, el transporte de personas y objetos es responsable del volumen más alto de emisiones de gases de efecto invernadero en sus ciudades.
A medida que nuestras ciudades avanzan con determinación en la lucha contra el COVID y se reciben con optimismo los progresos en la vacunación o los acuerdos internacionales para coordinar el turismo el próximo verano, se hace más necesario recordar aquellos cambios que pueden y deben perdurar.
Esta pandemia con imágenes de calles vacías y silenciosas, sin coches, ha marcado un punto de inflexión en nuestra forma de vivir en las ciudades. Nos ha hecho conscientes del impacto ambiental que causamos y nos ha permitido reflexionar e implicarnos. El movimiento climático adquirió a finales de 2020 un auge nunca antes visto. Las grandes empresas del mundo han hecho una apuesta en firme hacia la sostenibilidad y acuerdos como el de París que hace unos años parecían imposibles, ahora reviven con la promesa de ser la guía de nuestras decisiones..
Estamos viviendo un momento inédito para el sector de la movilidad. La sociedad exige una evolución en los medios de transporte, hacia un modelo menos contaminante. Las alternativas de transporte deben avanzar hacia la reducción de sus emisiones por kilómetro a través de la electrificación o búsqueda de modelos más sostenibles, que mitiguen el impacto medioambiental del sector.
Al mismo tiempo, esta transformación ofrece grandes oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas. Por ejemplo, para que la industria se modernice, cree puestos de trabajo de alta calidad, desarrolle nuevos productos y servicios y consiga el liderazgo, frente a otros sectores que están avanzando rápidamente hacia la movilidad de cero emisiones.
Y como ciudadanos, nos toca tomar mejores decisiones, involucrarnos, tratando de entender nuestros impactos como parte de un ecosistema y restaurarlo, que es precisamente el tema que ocupa la celebración de este año.
Si podemos predecir algo, es que la movilidad urbana nunca volverá a ser la misma. Su futuro será integrado, multimodal, eléctrico, eficiente, libre, justo y sostenible.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.