Si esto es así en lo personal, entre las empresas la excelencia puede -y debe- resultar igual de decisiva. Esa al menos es la filosofía de Great Place to Work (GPW), una organización global de investigación y asesoría que ayuda a las empresas a identificar, crear y mantener excelentes lugares de trabajo.
GPW emplea metodología propia para certificar en cada empresa la calidad de su cultura de trabajo y la confianza corporativa de sus profesionales. Los resultados se divulgan en distintos rankings, y se han convertido en referencia para medir la estima y el aprecio de los profesionales hacia sus compañías.
En Calidad Pascual hemos logrado entrar en este ranking, 8ª posición entre las empresas de más de 1.000 trabajadores, como reconocimiento a haber aplicado durante estos últimos años diversas iniciativas de gestión del talento y en favor de la igualdad de género y de las buenas prácticas como empresa empleadora. Según Merco, ya estamos entre las 25 mejores empresas nacionales por gestión del talento. Además, somos una de las 81 empresas de condición empleadora certificadas por el Top Employers Institute.
La entrada ahora en el ranking GPW nos permite completar ese círculo de medición de la excelencia. Consideramos necesario disponer de la mayor perspectiva para planificar adecuadamente la forma y la cultura de trabajo deseables para nuestros profesionales. En la práctica, cada compañía vale tanto como el compromiso y la motivación de sus equipos. En ese ámbito, también queremos desempeñar una posición tan destacada como sea posible.
Calidad Pascual es una empresa familiar especialmente comprometida con el legado que ha ido construyendo en sus casi cincuenta años de vida. Por eso, contar con el aprecio y la estima de nuestros profesionales es un objetivo prioritario dentro de nuestra política de responsabilidad corporativa.
Difícilmente podremos llevar nuestros principios de responsabilidad al conjunto de la sociedad si previamente no hemos ilusionado e implicado en el desempeño a nuestra propia plantilla. Difícilmente conseguiremos impulsar la calidad de vida a través de nuestros productos si antes no lo hacemos entre quienes trabajan para la compañía. Esa doble convicción supone el punto de partida de cualquier modelo de gestión laboral. Nosotros la aplicamos desde lo que denominamos ‘Talento Diverso’, un programa que busca aprovechar las distintas aptitudes y capacidades personales para formar equipos más plurales, coordinados y competitivos.
De entrada, sirve para empoderar a las mujeres y apoyar la igualdad de oportunidades a lo largo de su desarrollo profesional. Además, aplicamos ‘Pascual Contigo’, que plantea un modelo sincrónico de desarrollo personal y profesional. Se trata de vincular empleo de calidad, beneficios sociales y ventajas corporativas, y añadirles medidas de apoyo familiar y programas de eficiencia y estilos de dirección.
Todas estas iniciativas nos han servido para obtener la Certificación como Empresa Familiarmente Responsable, incluido el sello de ‘Igualdad en la Empresa’ otorgado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Con todo, la mejor distinción es obtener el aprecio y la estima de cada uno de nuestros profesionales. La suma de su talento representa la excelencia a la que puede aspirar su empresa. Fidelizarlos y facilitar su promoción es la forma más eficiente de mejorar de forma sostenida, un objetivo diferencial que muchas veces condiciona y determina el éxito de un proyecto empresarial.