Me encuentro sentada delante de un folio en blanco con el objetivo de escribir una tribuna con motivo de la celebración del Día Mundial del Síndrome de Down y, tras darle muchas vueltas, he decidido que no voy a hablar de los indudables beneficios que le brinda a Capital Energy tener en su plantilla a personas con síndrome de Down, sino que voy a centrarme en lo que nuestra compañera Jara nos aporta en el día a día a todas las personas que tenemos la suerte de trabajar con ella en nuestra empresa.
El motivo es que, al igual que me pasa a la hora de abordar, por ejemplo, el rol de las mujeres en el ámbito laboral, este es un asunto sobre el que me resulta muy difícil generalizar. Creo firmemente en que cada individuo es único e impacta en su entorno de diferente manera, independientemente de su género, de su edad, de sus creencias o de que tenga exceso o no de cromosoma 21.
Pero volvamos a Jara. Hace ya unos cuantos meses, en Capital Energy decidimos, en el marco de nuestro compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa, contactar con la Fundación Prodis con el objetivo de incorporar a nuestra compañía a una persona que participara en su programa de empleo y que pudiera unirse a nuestro equipo jurídico de cara a dar soporte en las diversas tareas administrativas.
Estábamos buscando a alguien que tuviera, por supuesto, la capacidad de desempeñar dichas funciones administrativas. Pero, sobre todo, y al igual que hacemos en todos los procesos de selección de personal en los que nos embarcamos para cubrir nuestras vacantes, tanto en las áreas de negocio como corporativas, queríamos a alguien que pudiera encajar en la cultura de Capital Energy, cuyos valores cuadraran con nuestros valores corporativos.
Y con Jara no nos hemos equivocado. Su día a día en la empresa la ha convertido en una de las mejores embajadoras de nuestros valores y cultura. De ella destacaría, fundamentalmente, su compromiso con el proyecto renovable de Capital Energy y el entusiasmo con el que afronta cada una de las tareas que emprende, que se contagia a todas las personas que la rodean.
Asimismo, sus constantes ganas de aprender y de hacer cosas nuevas; el buen ambiente que genera por sistema, con su optimismo por bandera; su capacidad para trabajar en equipo, siempre dispuesta a echar una mano, interactuar y compartir; y su elevado grado de empatía, que le hace estar atenta a los problemas de los demás. Y siempre con un “gracias” brotando de sus labios.
Trabajar con ella supone un aprendizaje para todo el equipo. Nos recuerda la importancia de perseverar y de esforzarse a diario para alcanzar los resultados a pesar de las dificultades; y también la importancia de estar pendiente de los que te rodean, generando un ambiente de colaboración que facilite lograr los objetivos remando todos en la misma dirección.
Gracias, Jara, por contribuir a que Capital Energy sea un mejor lugar para trabajar y por ayudarnos a todos a ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Gracias, Jara, por ayudarnos a ver las cosas desde una perspectiva diferente
Dejar un comentario
Dejar un comentario