Según el Global Risk Report 2023 del World Economic Forum (WEF), los riesgos medioambientales se sitúan entre los cuatro más relevantes a largo plazo, junto al fracaso en la mitigación y adaptación al cambio climático, los desastres naturales y eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad y el colapso de ecosistemas.
Todos ellos fueron analizados durante la última Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP27), celebrada del 7 al 18 de noviembre del pasado año en Sharm El-Sheik (Egipto), donde se volvió a poner de manifiesto la necesidad de realizar un cambio sistémico para acelerar la transición global a una economía libre de emisiones de carbono.
En este contexto, la Unión Europea sigue trabajando en el desarrollo de los mecanismos que harán posible cumplir, para mediados de siglo, el compromiso de neutralidad climática adquirido: “Lograr la neutralidad climática de aquí a 2050, consiguiendo una transformación de la sociedad y de la economía europea, que tendrá que ser rentable, justa y socialmente equilibrada”.
Existe un consenso global acerca de la criticidad del sector energético para lograr estos objetivos. De hecho, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) publicó, hace justo un año, un informe titulado Perspectiva Mundial de las Transiciones Energéticas 2022. Ruta de 1.5°C, donde subraya que una transición energética basada en las renovables es la vía más realista para evitar los peores efectos del cambio climático, redundando en una mayor seguridad de suministro y dando lugar a una economía global más inclusiva, equitativa y resistente a los efectos de dicho cambio.
La actividad de Capital Energy, basada en el desarrollo de proyectos de energías renovables, está totalmente alineada con esta meta. Sin embargo, somos conscientes de que incluso este tipo de instalaciones de generación de electricidad limpia tiene un impacto en el entorno, incluidas las emisiones de CO2.
Por este motivo, y de cara a seguir avanzando hacia el objeto de neutralidad climática e impacto positivo definido en nuestra Estrategia de Sostenibilidad 2021-2025, durante este último año hemos trabajado en dos líneas complementarias: el aumento del alcance de nuestra huella de carbono y la compensación de nuestras emisiones.
Por un lado, la alianza estratégica que sellamos con Google el año pasado ha hecho posible que ampliemos el perímetro de cálculo de las emisiones de nuestra compañía de alcance 3 (indirectas), relacionadas con las operaciones y el almacenamiento de datos en la nube. Esto ha sido posible gracias a la estrategia de convergencia en Google de IT (Information Technology) y OT (Operational Technology), que ha permitido integrar dos áreas que históricamente operaban de manera separada.
Este enfoque permite realizar un seguimiento detallado de la huella de carbono de los sistemas e infraestructura I/OT desplegados en Google, disponiendo así de la informacion necesaria para implementar las medidas más adecuadas de reducción de su impacto ambiental. Las emisiones asociadas a los servicios de operación y almacenamiento en la nube han sido compensadas por parte de Google Cloud, en línea con su objetivo de consumo de energía 100% renovable desde 2007, lo que ha impactado positivamente en nuestras emisiones de alcance indirecto.
Por otro lado, y de cara a actuar sobre las emisiones que no podemos evitar a día de hoy, hemos procedido a compensar, por primera vez, nuestra huella de carbono, comprando una cantidad de créditos de carbono que representan el 25% de la huella total de la compañía.
Así, y en línea con el compromiso con el desarrollo socioeconómico de los territorios en los que llevamos a cabo nuestra actividad, hemos seleccionado el proyecto de repoblación forestal A Borela, ubicado en el municipio pontevedrés Cerdedo-Cotobade. El objetivo de esta iniciativa es regenerar espacios que han perdido su cubierta arbórea debido a los incendios forestales sufridos en los últimos años, impactando positivamente, asimismo, en la reducción de la erosión, la conservación de la biodiversidad y la generación de empleo local.
Para llevar a cabo esta gestión hemos seleccionado una plataforma que utiliza tecnología blockchain para el control de estas transacciones, garantizando la transparencia, la rapidez de la cancelación de créditos y la reducción de costes, dado que elimina la necesidad de intermediarios tradicionales o brokers, empoderando de este modo a los promotores de estos proyectos de reducción de emisiones de CO2.
Desde Capital Energy continuaremos trabajando no solo para mejorar nuestras operaciones directas, sino para extender nuestro compromiso a lo largo de toda la cadena de valor. Solo el decidido empuje a la transición hacia un nuevo modelo descarbonizado desde todos los frentes y con un enfoque colaborativo, en el que las alianzas y consorcios, la innovación y la digitalización han de jugar un papel fundamental, hará que no se ponga en riesgo el proyecto que desde la Unión Europea se está impulsando.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Clima