En las últimas dos décadas de adhesión a la Red Española del Pacto Mundial, hemos progresado en el compromiso con los Diez Principios implantando medidas de transparencia: desde un Código de conducta hasta llegar a una Política de derechos humanos con la conducción de las herramientas y recursos que ofrece la Red. Más aún, el engranaje de los Diez Principios con los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos dió una perspectiva más amplia y global sobre la misión de la Fundación Vida Sostenible y la sensibilización y divulgación que llevamos a cabo para facilitar la implementación de estilos de vida sostenibles.
Con respecto a nuestro trabajo, en estos 20 años alineados al Pacto Mundial, hemos pasado de un enfoque individualista a una prospección colectiva y global sobre el cambio climático y la sostenibilidad. La percepción y sensibilización sobre estos temas han evolucionado de manera asimétrica, determinando cambios en las estrategias de comunicación y concienciación, debido a que no todas las regiones sufren igual las consecuencias del cambio climático, generando disparidades en la percepción de los efectos y en la urgencia de sus mitigaciones. En regiones donde los impactos son más directos y severos, como el aumento del nivel del mar en las islas del Pacífico, la desertificación en África o el incremento de las temperaturas en Europa, la conciencia sobre la gravedad del cambio climático es mayor. En contraste, en regiones menos afectadas la percepción de la emergencia climática y de biodiversidad es menor, lo que influye en las políticas públicas y las acciones individuales adoptadas.
La percepción sobre qué hacer para ser más sostenible y cómo reducir la huella ecológica también difiere en distintas regiones debido al acceso a la información, infraestructuras, tecnologías, recursos económicos e incluso el género. En concreto, las conclusiones de nuestra investigación en seis países iberoamericanos, próximo a publicarse: “Sustainable consumption vs. green consumerism. A study on lifestyle diversity and sustainability”, pone en relieve diferencias significativas en los patrones de consumo sostenible entre consumidores sostenibles y consumistas ecológicos. O nuestra investigación sobre la evolución de nuestros estilos de vida en “El viaje del ecociudadano” muestra cómo estamos transicionando hacia un modelo económico y social más sostenible, qué factores influyen y a qué velocidad.
Estos datos influyen significativamente en las estrategias de comunicación y sensibilización que realizamos en la Fundación Vida Sostenible y nos permiten reflexionar sobre cómo estas disparidades afectan la capacidad de acción en diferentes regiones y cómo fomentar estilos de vida sostenible.
A pesar de las disparidades, es crucial recordar que el cambio climático y la sensibilización en sostenibilidad tienen impactos globales. Las emisiones de gases de efecto invernadero y la degradación ambiental no respetan fronteras, por lo que las acciones, o la falta de ellas, afectan a todo el planeta. Por ello, aunque las estrategias de sensibilización deben adaptarse a las realidades locales, es esencial comprender nuestra interconexión global y la necesidad de una respuesta coordinada a nivel mundial. Hemos pasado de la ecología doméstica a trabajar por una transición global ecológica justa para todas las personas.
Estamos en un punto crítico. Los objetivos climáticos están lejos de alcanzarse, y las emisiones de gases de efecto invernadero no se han reducido como se esperaba, de hecho, han vuelto a aumentar tras la pandemia de COVID-19. En 2024 las temperaturas globales superaron los 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, según la World Meteorological Organization (WMO), uno de los límites establecidos por el Acuerdo de París. El informe del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) de 2023 revela que, entre 2011 y 2020, la temperatura media global aumentó 1,1 ºC; y se prevé un incremento de hasta 4 ºC para 2100 si no se toman medidas urgentes.
A pesar de la evidencia científica, el “negacionismo climático” ha debilitado la prioridad de los retos climáticos y la transición ecológica. Esto destaca la urgencia de sensibilizar a la ciudadanía sobre su poder para transformar el entorno no solo desde el ecosistema doméstico sino para reconocer el papel de agentes de transformación política y social para paliar el cambio climático. Es crucial reflexionar sobre el mañana que imaginamos, qué calidad de aire deseamos respirar, qué alimentos queremos consumir o cómo queremos envejecer.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 20 aniversario del Pacto Mundial de la ONU España.