Desde nuestra salida a bolsa en 2015 hicimos una apuesta por la sostenibilidad y asumimos un compromiso con nuestros accionistas, clientes y con el conjunto de la sociedad en base a la Agenda 2030 de Naciones Unidas y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En los años transcurridos desde entonces, la emergencia climática ha ido calando cada vez más profundo en las sociedades y gobiernos y la descarbonización de las economías se ha convertido en un asunto de máxima prioridad.
En este mundo que ambiciona las “finanzas sostenibles”, las acciones de las empresas para reducir la huella de carbono van más allá de una declaración de intenciones y se someten a escrutinio casi de la misma manera que el balance de situación.
Mientras la normativa y el marco de Taxonomía de la UE avanzan hacia un modelo para armonizar y asegurar con base científica que la transformación de las empresas va más allá de la “pose verde”, en Cellnex estamos orgullosos de presentar en breve nuestro segundo informe anual de medioambiente y cambio climático.
El detallado análisis, avalado por Deloitte y que emplea cálculos estandarizados para medir la huella de la actividad, mostrará importantes progresos en nuestro camino para abordar el cambio climático, impulsar la economía circular, proteger la biodiversidad y afianzarnos como una compañía neutra en emisiones.
Con un grado de cumplimiento del 92 por ciento de los objetivos anuales, hemos alcanzado ya más de la mitad del conjunto de las medidas previstas en el Plan Estratégico de Sostenibilidad (2019-2023) que incide sobre diez de los 17 ODS. Los principales índices de sostenibilidad siguen validando nuestros progresos y nos sitúan en la vanguardia sectorial.
En nuestro objetivo a medio plazo de reducir el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero un 50 por ciento en el horizonte del año 2030 y un 100 por ciento para el año 2050, ya hemos alcanzado una reducción del 13 por ciento.
Y lo hemos hecho en base a la métrica más exigente y con el que probablemente ha sido el compromiso más relevante de 2021 al adherirnos al Science Based Target (SBT), y fijar objetivos de reducción de gases de efecto invernadero basados en la ciencia y certificados. Unos estándares que nos permiten también establecer un marco de financiación sostenible con bonos y créditos ligados a la reducción de la huella.
Bajo los criterios del SBT también hemos establecido los objetivos de aumentar el abastecimiento de electricidad renovable al 100 por ciento en 2025 (hemos pasado del 10 por ciento en 2020 al 40,5 por ciento en 2021) y reducir las emisiones absolutas de alcance 3 (bienes y servicios y bienes de capital) en un 21% para 2025 (hemos reducido un 7,6 por ciento en 2021).
Unos avances imprescindibles para definir y aprobar en este año 2022 la estrategia Net Zero que nos permitirá alcanzar los compromisos del Acuerdo de París de reducción de emisiones en un 50% en 2030 y la neutralidad climática en 2050.
Y todo esto en un contexto de fuerte crecimiento (operaciones de compra en ocho países en 2021) pero situando la sostenibilidad en el centro de nuestra estrategia de expansión. Porque el propósito está plenamente integrado en nuestro modelo de gestión y gobernanza y porque estamos convencidos de que el crecimiento solo es posible si es sostenible. Queremos compartir y expandir esta convicción a las nuevas generaciones. Más allá de métricas, en nuestro informe también podréis constatar nuestra participación en iniciativas educativas sobre emergencia climática, economía circular o “smart green planet” para asegurar que no volvamos a actuar de espaldas a la urgencia climática.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente