Los grandes retos no se resuelven en solitario. La historia reciente está llena de ejemplos que lo demuestran: la revolución industrial, la irrupción de internet o la transformación digital fueron cambios sistémicos que redefinieron la economía y exigieron una profunda adaptación por parte de las empresas. Ninguno de estos cambios se habría implementado con éxito sin una alianza implícita entre sectores productivos, instituciones, talento tecnológico y consumidores. La cooperación entre actores diversos fue —y sigue siendo— la clave para transformar modelos, compartir conocimiento y escalar soluciones.
Esta misma visión se aplica a otro desafío global: la transición hacia una economía circular. No es solo un asunto de regulaciones o avances tecnológicos, sino de trabajo conjunto a lo largo de toda la cadena de valor. La manera en que producimos y consumimos recursos ya no es sostenible y la solución no está en una sola empresa o en un solo gobierno. Es un cambio que solo será posible si todos los actores del sistema trabajan juntos.
El tejido empresarial en España ha demostrado un firme compromiso con la sostenibilidad, pero la transición hacia una economía circular sigue siendo un desafío. Según Eurostat, la tasa de uso de materiales circulares en la Unión Europea alcanzó el 11,8% en 2023, mientras que en España es del 8,5%, lo que refleja la necesidad de intensificar los esfuerzos. Mientras el reciclaje de envases se encuentra entre los diez mejores de Europa, si miramos al reciclaje del conjunto de residuos urbanos, aún necesita de una transformación profunda.
En este contexto, el ecodiseño se ha convertido en una herramienta clave para avanzar hacia modelos productivos más eficientes. Cada vez más empresas reducen el peso de los envases, mejoran su reciclabilidad y aumentan el contenido de material reciclado. La incorporación de cierres adheridos en botellas para evitar la pérdida de tapones o la eliminación de embalajes innecesarios en packs de bebidas son algunas soluciones que están ganando terreno. En el marco del Plan Empresarial de Prevención de Ecoembes 2021-2023, más de 2.000 empresas impulsaron 10.400 iniciativas orientadas a reducir el impacto ambiental de los envases. Este esfuerzo refleja un compromiso creciente por adaptar sus procesos a un modelo más circular.
Pero fomentar el ecodiseño no es suficiente si no existen infraestructuras y proyectos de innovación que permitan recuperar y reciclar los materiales con la calidad necesaria para reintroducirlos en nuevos ciclos productivos. Aquí, nuevamente, la colaboración es clave. TheCircularLab, el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, es un claro ejemplo de cómo la cooperación entre empresas, startups, universidades y centros de investigación acelera el desarrollo de soluciones para mejorar la gestión de residuos. Desde la digitalización de la trazabilidad de los envases hasta la aplicación de inteligencia artificial en las plantas de selección, este ecosistema demuestra que la circularidad solo avanza cuando se trabaja con una visión holística.
Este modelo de trabajo colaborativo también es capital a la hora de preparar a los profesionales que impulsan esa transformación. Lo vemos en iniciativas como TheCircularCampus, donde nuestras empresas ofrecen a sus profesionales el conocimiento técnico del equipo de Ecoembes, unido al de instituciones de prestigio con las que colaboramos para ofrecer formación de calidad. A través de estas alianzas, nuestros clientes están más preparados para avanzar hacia modelos más circulares con mayor solvencia y alineación con los requisitos normativos y del mercado.
Pero aún queda mucho por hacer. En los próximos años, las regulaciones ambientales serán más ambiciosas, los consumidores exigirán mayor responsabilidad a las marcas y los recursos naturales serán más escasos. La economía circular no es solo una cuestión ambiental, sino una transformación estructural que redefine la manera en que operan las empresas. No se trata de un desafío individual, sino de un nuevo paradigma donde el valor se mantiene en circulación y donde las alianzas son el motor del cambio.
Las compañías que entiendan que la circularidad es estrategia, diferenciación y generación de negocio —y no solo una medida de cumplimiento— estarán mejor preparadas para un futuro en el que la colaboración será la clave del progreso.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día de los Hermanos