Uno de los resultados de esa relación es que mejoran los resultados organizativos de la pyme (calidad de los productos y servicios, relaciones entre los trabajadores, satisfacción de clientes, etc.), y según distintos estudios existe una relación comprobada entre estos resultados internos organizativos y los resultados financieros de las empresas.
Ahora bien, son muchos fundadores/gerentes de pymes los que me preguntan “con la que está cayendo (en referencia a la crisis) cómo me voy a poner ahora implantar medidas de conciliación en mi empresa”, y mi primera respuesta suele ser que si hasta este momento no lo ha hecho, posiblemente se deba a que no cree firmemente en las ventajas que reportan y, por tanto, no posee una mentalidad favorable hacia la conciliación ni en su empresa hay unos valores organizativos que fomentan la conciliación de sus empleados. Como experto le recomiendo que las implante a pesar de estar convencido de que en esa empresa estas medidas probablemente irán predestinadas a fracasar y es que, según muchos estudios, cuando no existe esta cultura de conciliación en la empresa los trabajadores no usarán estas medidas por miedo a represalias profesionales (Cegarra, 2010).
Sin embargo, a los convencidos, aquellos que son conscientes de la ventaja competitiva que supone la conciliación para la empresa, les sugiero en primer lugar que asuman la máxima de conciliación para todos, es decir, la empresa debe apoyar la integración entre los roles laboral y personal, independientemente del estatus familiar del trabajador. No hay que caer en el tópico de que la conciliación de la vida laboral y personal es solo para mujeres o trabajadores con hijos ya que todos los trabajadores tienen vida privada y deben tener derecho para disfrutarla. Hay que tener claro que la conciliación es “la capacidad de los individuos, con independencia de edad y género, de encontrar un ritmo de vida que les permita combinar su trabajo con otras responsabilidades, actividades o aspiraciones” (Felstead et al., 2002).
Así pues, si nos fijamos en nuestro entorno laboral más cercano nos daremos cuenta de que la fuerza laboral sin hijos supone cada vez un mayor porcentaje del total de trabajadores, por lo que adoptar medidas de conciliación que les excluyan únicamente contribuirá a generar malestar y resentimiento hacia la empresa ya que perciben que son discriminados por su situación personal. En cambio, si las medidas de conciliación tienen en cuenta a todos los trabajadores supondrá para la pyme una fuente de ventaja competitiva respecto a las demás empresas de su entorno ya que, por ejemplo, no solo evitará la fuga de talento, sino que atraerá a profesionales cualificados procedentes de otras empresas. Otro ejemplo lo encontramos en el hecho de que los trabajadores de una pyme con cultura de conciliación se sentirán con mayores privilegios (independientemente de que decidan usar las prácticas de conciliación o no) que otros trabajadores de su entorno lo que reforzará el sentimiento de compromiso con la empresa y, por tanto, redundará en la mejora de resultados organizativos.
De manera que, ante situaciones adversas como una crisis económica que lleva aparejada en muchos casos el despido de un porcentaje apreciable de trabajadores y una situación de incertidumbre y estrés para el resto de la fuerza laboral, se puede trabajar en adaptar la composición de los turnos, duración de jornadas laborales, flexibilidad de vacaciones, distribución de horas anuales, etc., es decir, hacer uso de determinadas medidas de conciliación con la finalidad de evitar un exceso de horas de trabajadores para la empresa y distribuir este exceso transitorio de horas y sus respectivos costes a lo largo del año para que pueda ser empleado en el momento en el que la coyuntura lo demande.
Si nos paramos a pensar en los gastos que nos supone, como trabajador, desarrollar una jornada laboral completa (coste de transporte, comida fuera de casa, estrés, tiempo de desplazamiento, renuncia a aficiones, niñera/guardería/ampliación horario escolar, actividades extraescolares, etc…), en muchos casos nos encontraremos ante situaciones en las que la mitad del sueldo se va en pagar esos servicios. De manera que puede que un porcentaje apreciable de trabajadores vea con buenos ojos una propuesta por parte de la empresa de considerar el trabajo a tiempo parcial, una reducción de jornada laboral o una jornada intensiva, aunque sea cobrando menos.
Otra fuente de ventaja competitiva para la pyme como consecuencia de su capacidad para generar nuevo conocimiento en materia de conciliación, vendrá dado de la adaptación de las nuevas tecnologías que surgen y que pueden ser empleadas para mejorar las medidas de conciliación. Por ejemplo, los avances en las tecnologías de la información y la comunicación que permiten fomentar las medidas de conciliación relacionadas con la flexibilidad espacial como el teletrabajo.
En definitiva, la conciliación supone una ventaja competitiva para la pyme tanto en tiempo de crisis como en tiempo de prosperidad, pero, como todo en la vida, es necesario creer realmente en lo que haces, fomentando y creando una cultura de conciliación, pues sino dedicarás todo tu esfuerzo en lograrlo y fracasarás en el intento.