En un escenario global donde la sostenibilidad se ha convertido en el epicentro de las decisiones corporativas, la Directiva de Informes sobre Sostenibilidad Corporativa (CSRD) emerge como el camino hacia una mayor transparencia y responsabilidad. Esta directiva no es solo un conjunto de normas; es un eco de los compromisos internacionales, desde el Acuerdo de París hasta la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Una nueva normativa que regula los requisitos para la elaboración de memorias de sostenibilidad en la UE, que insta a las empresas a informar sobre el impacto de su actividad en el ámbito de la sostenibilidad.
En este sentido, el sector asegurador cuenta con una herramienta que afianzará aún más la confianza que depositan los asegurados en nuestros servicios; ya que seremos capaces de ofrecer una visión clara de nuestro impacto en la sostenibilidad, e identificar mejor nuestros márgenes de mejora, responsabilidad social y medioambiental; campos en los que nunca
sobran esfuerzos.
Dentro de esta nueva Directiva, los 12 Estándares Europeos de Información sobre Sostenibilidad (ESRS) desempeñan un papel crucial al actuar como un mapa común que guía a las empresas. Los estándares abordan cuestiones fundamentales relacionadas con el personal, la cadena de valor y los colectivos afectados. Además, y teniendo en cuenta que en el sector asegurador la evaluación de riesgos es prioritaria, la aplicación de los ESRS implica la consideración y divulgación de riesgos específicos relacionados con el cambio climático, eventos extremos y desafíos medioambientales. Estos riesgos no solo impactan directamente en las aseguradoras en términos de pérdidas aseguradas, sino que, también, influyen en la gestión de nuestras carteras.
Las aseguradoras, al invertir en diversas industrias, están expuestas a riesgos de transición relacionados con cambios en políticas, regulaciones y tecnologías. Los ESRS exigen que las compañías informen sobre cómo gestionan estos riesgos y cómo se alinean con los objetivos de sostenibilidad. Esto implica una revisión estratégica de las inversiones y una adaptación proactiva a cambios en el entorno operativo.
La confianza es un activo crítico en el sector asegurador. La aplicación de los ESRS permite a las aseguradoras construir y fortalecer esta confianza al comunicar de manera transparente cómo abordan los riesgos, contribuyen a la sostenibilidad y tienen un impacto positivo en la sociedad. De este modo, la construcción de reputación sostenible se convierte en un diferenciador clave en la competencia del mercado.
Los informes de sostenibilidad futuros de las aseguradoras deben de reflejar como el sector va adaptándose y transformándose hacia un futuro más sostenible y ético. Esta es una oportunidad para enriquecer la reputación de un sector que vela por el bienestar de la sociedad, al mismo tiempo que se fortalece la reputación individual de cada empresa. La sostenibilidad no es solo un valor opcional. Es una exigencia y en el sector asegurador debemos estar a la altura.
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