Cruz Roja Española desde su creación, hace 160 años, ha dejado una huella de solidaridad que ha transformado la realidad social, ha favorecido la igualdad, el respeto de la dignidad y ha trabajado por reforzar la resiliencia de millones de personas en situaciones de vulnerabilidad y crisis en todo el mundo.
Nuestra historia es un testimonio también de adaptación a cambios sociales. A lo largo de las décadas, hemos sido testigos de momentos que han definido nuestra labor humanitaria. Desde las guerras que han asolado diferentes rincones del mundo, hasta devastadores desastres naturales, Cruz Roja ha estado presente atendiendo a las personas más vulnerables, favoreciendo comunidades inclusivas y pacíficas y facilitando refugio, alimentos y consuelo a quienes lo necesitan, sin distinción de sexo, raza, religión, orientación sexual o cualquier otro condicionante.
La necesidad innata de mitigar el dolor y responder a las necesidades más apremiantes de nuestra sociedad justifica nuestra existencia. El incremento cada vez mayor de necesidades humanitarias debido a los efectos provocados por el cambio climático o los conflictos armados provocan situaciones de inseguridad alimentaria con desigual respuesta por parte de la sociedad. Este tipo de crisis relacionadas con el clima y el medio ambiente y los desastres naturales, que ocurren con una frecuencia cada vez mayor, están causando perdida de vidas humanas, desplazamientos masivos y daños económicos irreparables por lo que es fundamental adoptar medidas para reducir los riesgos y proteger a las comunidades vulnerables.
Los desafíos en materia de salud y bienestar también están en aumento, con desigualdades significativas en el acceso a la atención médica, la nutrición adecuada y un entorno saludable. La falta de recursos y la creciente carga de enfermedades crónicas y emergentes plantean serios desafíos para la salud pública a nivel mundial.
La migración y la identidad son temas intrínsecamente ligados a medida que las personas se desplazan en busca de oportunidades económicas, seguridad y refugio. Los conflictos, la falta de recursos y los impactos ambientales impulsan movimientos migratorios a gran escala, lo que plantea preguntas sobre la integración, la diversidad cultural y la protección de los derechos humanos de los migrantes y refugiados.
Por último, los valores, el poder y la inclusión son fundamentales para abordar estos desafíos de manera efectiva. La equidad y la justicia son aspectos centrales para garantizar que todas las personas tengan acceso a recursos y oportunidades, y que se escuchen sus voces en los procesos de toma de decisiones. La inclusión de diferentes perspectivas y la promoción de la participación ciudadana son clave para construir sociedades más resilientes y sostenibles.
Estos desafíos están interrelacionados, transcienden las fronteras de los países y requieren un compromiso global para salvaguardar y preservar la esencia misma de nuestra labor humanitaria: el compromiso con la humanidad, la imparcialidad, la neutralidad y la independencia.
Nuestra huella como organización humanitaria es un legado de valores arraigados en los principios fundamentales que acabo de mencionar; estos principios no solo guían nuestro trabajo diario, sino que también inspiran a las generaciones futuras a comprometerse con el bien común y la sostenibilidad.
Quiero expresar mi reconocimiento a las organizaciones públicas y privadas que han colaborado estrechamente con nosotros. Su colaboración nos brinda recursos adicionales, asesoramiento experto y las mejores condiciones sociales y jurídicas contribuyendo conjuntamente de manera significativa al desarrollo sostenible y al progreso social.
Las alianzas son nuestra forma natural de trabajar, buscamos sinergias y construimos conjuntamente con empresas, organizaciones, administración y la sociedad en general para maximizar nuestro impacto real en la sociedad y generar verdaderos cambios sistémicos. Con las empresas, además del trabajo y enfoque desde el área de empleo, llevamos muchos años trabajando conjuntamente en la relación con ellas como socias, donantes y partners creando programas sociales para los colectivos más vulnerables de la sociedad.
También quiero transmitir mi agradecimiento a todas las personas socias y voluntarias que dedican su tiempo, talento y recursos a nuestra organización. Su entrega y compromiso son la columna vertebral de nuestra labor humanitaria. Sin su apoyo desinteresado, no podríamos alcanzar nuestros objetivos ni impactar positivamente en las vidas de aquellos que más lo necesitan. Gracias por ser parte fundamental de nuestro equipo y por hacer posible nuestro trabajo.
Sigamos avanzando juntos, con humildad y determinación, para logar un mundo más justo, inclusivo y humano para todos.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Cruz Roja 2024.