Mi nombre es Mª Angustias Cueto Martin y soy licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Granada (UGR). Siempre he sido consciente de que nos movemos en un mercado laboral en continuo cambio, por lo que he seguido formándome a lo largo de toda mi trayectoria. Esas ganas de continuar aprendiendo me llevaron, con 40 años, a cursar el Executive MBA de Gestión Comercial y Marketing de ESIC. Y fue ahí donde descubrí mi verdadera vocación: la comunicación, el marketing digital y, sobre todo, la responsabilidad social corporativa (RSC). Este último, un ámbito que considero indispensable como eje diferenciador de las empresas, aportando valor a la sociedad e integrándose en su imagen de marca.
Mi vida laboral había transcurrido como tantas otras. Me incorporé al mercado con apenas 17 años y, durante un cuarto de siglo, fui la responsable del Área Comercial y Marketing de una empresa de Granada. Durante 25 años trabajé en la elaboración de estudios de mercado, planes anuales, relaciones institucionales, digitalización de la empresas y la implementación de su RSC.
Pero la Navidad de 2021 me trajo un brusco cambio laboral. Tuve que replantearme mi vida profesional. Sin embargo, si bien se me había cerrado una puerta, se abría ante mí una ventana: la Universidad de Granada participaba en la primera edición de TaleS, un programa que me ayudó a descubrir mi faceta emprendedora.
TaleS: Talento Senior busca dar respuesta al repunte de la intención emprendedora entre las personas mayores de 50 años en España. Se inscribe en el ámbito de la innovación social y sus objetivos principales son aprovechar el talento de las personas con experiencia y favorecer el reciclaje de quienes buscan una segunda vida profesional. Es el resultado de la colaboración entre el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) y el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Volví a mi universidad, a la UGR, y junto a 50 participantes, tanto de mi centro como de la Universidad de Cantabria (UC) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), nos formamos en ‘Lean Startup’, para aprender a desarrollar negocios y productos, trabajamos de manera colaborativa y conectamos con jóvenes emprendedores. Tras ser la finalista de la sede de Granada, me alcé como ganadora a nivel nacional con ‘San Ildefonso Suites’, un proyecto que plantea la remodelación de un céntrico edificio de Granada (al lado del arco Elvira y la Iglesia de San Ildefonso), para convertirlo en alojamiento y referente de turismo de experiencia.
El proyecto cuenta con inversores privados y pronto iniciaremos las obras para convertir este proyecto en una realidad. San Ildefonso es la estancia perfecta para no olvidar Granada. Nos apoyamos en proveedores locales y trabajamos siguiendo un estilo de sostenibilidad. Apostamos por un turismo de calidad que aúne el respeto por el entorno con una experiencia única para el visitante: cultura, confort, bienestar, gastronomía y emociones.
Después de trabajar toda mi vida por cuenta ajena me he redescubierto como emprendedora. Para mí, el programa TaleS supuso un punto de inflexión, un cambio en mi vida que me hizo canalizar el potencial que atesoraba después de todos mis años de experiencia. Un conocimiento por el que, actualmente, las empresas parecen no apostar.
Y no lo digo yo. La II edición del “Mapa de Talento Sénior” que publica el Centro de Investigación Ageingnomics revela que uno de cada tres trabajadores en situación de desempleo tiene más de 50 años. Y, de entre ellos, uno de cada dos es de larga duración. Pero, ese mismo informe, señala que los emprendedores sénior generamos más empleo que los considerados junior. Y justo es este punto el que me refuerza en la idea de que cuando se desecha el talento sénior perdemos como país, perdemos como sociedad y perdemos riqueza en nuestra economía.
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