Hoy en día, genera un poco de preocupación leer en las páginas de actualidad esa cierta resignación y tolerancia a la cara más amarga de nuestro día a día. Estaremos de acuerdo en que una dosis de resistencia mental puede ser positiva frente a la incertidumbre, crisis, inestabilidades y conflictos varios, pero aterra pensar que llegue un día donde olvidemos que detrás de todas esas coyunturas económicas, estadísticas y hojas de cálculo está realmente en juego el futuro de las personas. Esta premisa, tan importante como sencilla, es la que debe humanizar la propia situación y sensibilizarnos a nosotros mismos. Un ejercicio francamente recomendable previo a la acción.
En Cesce partimos de esta base para poner en marcha iniciativas propias y apoyar las que otras entidades realizan. Esto va en línea de nuestro propósito por impulsar el desarrollo empresarial sostenible a favor del bienestar social, pues somos una empresa comprometida con la sociedad que destina el 0,7% de nuestros beneficios netos para llevar a cabo iniciativas de diversa índole.
En los últimos años, sin ir más lejos, hemos continuado reforzando y potenciando nuestras alianzas estratégicas con distintas asociaciones, como en el caso de Cruz Roja. Juntos sumamos una década de colaboración para el desarrollo de personas en situación de vulnerabilidad, ya sea a través de la inclusión social y laboral o para la ayuda en situaciones de crisis y emergencias nacionales e internacionales. Una labor que he tenido el inmenso honor de conocer más a fondo y en primera persona mediante una visita a sus instalaciones.
Sin embargo, recientemente hemos tenido que ir ajustando nuestra sinergia para responder con efectividad a las distintas catástrofes que se han producido, demasiadas por desgracia. En cierto momento, de hecho, decidimos que lo mejor era colaborar a través de su Fondo de Emergencias, el cual provee a Cruz Roja del material y los recursos necesarios para cada una de sus acciones.
En cifras, esta respuesta asciende a 258.000 € desde 2021 hasta hoy, lo cual refleja nuestro compromiso por estar a la altura de los últimos episodios. Sírvase como ejemplos nuestro acuerdo firmado en 2022 para apoyo al Fondo de Emergencia para ayudas a colectivos vulnerables, o lo que es lo mismo, a personas que nos necesitaban porque su vida había dado un drástico vuelco. Esta colaboración permitió atender de forma inmediata a las emergencias tanto súbitas como crónicas que pudieran necesitarlo y así reforzar la capacidad de respuesta inmediata a las mismas.
Veníamos por entonces de colaborar con esta vital y centenaria institución mediante otra aportación económica para ayudar a paliar, con carácter de urgencia, los efectos sociales y económicos que impactaron sobre miles de paisanos canarios tras la erupción del volcán Cumbre Vieja en 2021. Dos años más tarde vendría el terremoto de Turquía – y que afectó también gravemente a Siria– al que destinamos dicho Fondo de Emergencias para ayudar a mitigar sus devastadoras consecuencias. No sería el único sismo ese año, pues apenas unos meses después Marruecos se vio sumida en una tragedia de igual naturaleza a la que destinamos otro importe para atender a las víctimas.
En paralelo a estos acontecimientos, el equipo humano de Cesce, nuestro valor más preciado, tuvo la oportunidad de responder a título personal con contundencia mediante su aportación particular de carácter voluntario a dichas campañas. Fueron ellos quienes realmente dieron el pistoletazo de salida hace ya más de 10 años a nuestra colaboración con Cruz Roja mediante campañas de donación de sangre de manera recurrente.
Es por tanto un orgullo haber podido aportar durante toda una década nuestro granito de arena para tratar de revertir esas situaciones en la medida de lo posible. En coherencia con el arranque de estas palabras, es procedente agradecer en nombre propio a nuestro equipo, quienes actuando bajo la marca Cesce han ayudado ‘de tú a tú’ a otras personas cuando más lo necesitaban.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Cruz Roja 2024.