Existe un gas de efecto invernadero más perjudicial que el dióxido de carbono, el metano, y el óxido nitroso. Tanto los científicos, como los activistas y los legisladores, han expresado sus fuertes preocupaciones ante los posibles daños que este gas puede causar a nuestra atmósfera. Es por ello por lo que, en la batalla contra el cambio climático, la Unión Europea ha tomado las riendas para prohibir la utilización y explotación de los gases fluorados, en especial el hexafluoruro de azufre o (SF6), y dirigir a nuestro continente hacia una solución más sostenible y duradera en el tiempo.
Dentro de los compuestos fluorados sintéticos, el SF6 destaca por ser el más potente de todos los gases que impiden que el calor escape hacia el espacio exterior. De hecho, los científicos estiman que tan solo un kilogramo de este fluido equivale a 23.5000 kilogramos de CO2, una cantidad que se emitiría durante un viaje de ida y vuelta de 24 personas desde Londres a Nueva York. Adicionalmente, el SF6 es además capaz de permanecer dentro de la atmósfera terrestre durante 3.200 años, representando un riesgo catastrófico para nuestro planeta azul.
A pesar del peligro que este gas inerte, no tóxico e incoloro representa para nosotros, el SF6 continúa siendo ampliamente utilizado en la industria eléctrica, principalmente en los equipos de media tensión, ya que es un excelente dieléctrico. De esta manera, los productores son capaces de elaborar una maquinaria que autorregule sus cortocircuitos, mantenga su propia eficiencia, y proteja la seguridad de sus equipos y usuarios en centrales eléctricas, turbinas eólicas, y otros lugares donde se trabaje la fuerza eléctrica.
Sin embargo, ¿hasta qué punto, y a qué precio, conviene seguir utilizando el hexafluoruro de azufre?
El gas de efecto invernadero más potente, 23.500 veces más dañino que el CO2
Aunque el dióxido de carbono (CO2) es considerado como el principal responsable del calentamiento global, los científicos consideran al SF6 como el gas de efecto invernadero más potente y perjudicial en toda la historia, ya que retiene el calor en la atmósfera terrestre con mayor efectividad. Comparado con el CO2, el hexafluoruro de azufre no solo atrapa más radiación infrarroja por más tiempo, sino que además, es imposible purificarlo de forma natural debido a que es de carácter sintético. Por ello, se requieren tomar medidas para sustituir y eliminarlo de manera deliberada, con el fin de reducir su impacto en el medio ambiente.
Según datos del 2017, las emisiones de SF6 en Europa para ese año fueron de al menos 6,73 megatones de CO2. Explicada de otra manera, esta cantidad se igualaría con el volumen anual de gases emitidos por 1,3 millones de automóviles.
En España, la industria eléctrica firmó un acuerdo voluntario para el uso adecuado del SF6 durante los años 2015 y 2020. Con ello, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, estableció una serie de compromisos para reducir las emisiones de hexafluoruro de azufre en cada etapa del ciclo de vida de los dispositivos de conmutación, abarcando desde su fabricación y uso, hasta su correcta gestión al final de su vida útil.
En el ámbito legal, los países desarrollados están obligados a ser transparentes e informar a las Naciones Unidas sobre sus consumos anuales de hexafluoruro de azufre, pero muchos de los países en desarrollo no aplican ninguna restricción sobre el uso de este gas. Sin embargo, con el fin de combatir este agente tan potencialmente dañino para nuestro planeta, el Parlamento Europeo ha actuado a través de los años a favor de su progresiva prohibición.
Europa planta cara al SF6
Después de que todos los países del bloque europeo ratificaran su apoyo al Acuerdo de París en el año 2016, y que la Comisión Europea aprobara el Pacto Verde Europeo en el año 2019, nuestro continente se encaminó a convertirse en la “primera economía y la primera sociedad climáticamente neutra” para el año 2050. Es por ello por lo que, siguiendo la misma línea, el Parlamento Europeo ha reconocido la importancia y el peligro que el gas SF6 representa para nuestro planeta, y ha decidido tomar cartas en el asunto.
El pasado 30 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó la revisión del marco legislativo de la Unión Europea sobre las emisiones de gases fluorados, donde se incluye al SF6 utilizado en las celdas de MT. Con esto, los legisladores de la Unión Europea han manifestado su deseo de implementar una reducción progresiva de los hidrofluorocarbonos en el mercado, buscando alcanzar una completa eliminación de la producción y el consumo para la mitad del siglo XXI.
Concretamente, esta medida requerirá que las redes de distribución eléctrica instalen celdas de media tensión sin hexafluoruro de azufre, dado que este gas quedará prohibido a partir del 01 de enero de 2026 para equipos de hasta 24 kV, y a partir del 01 de enero de 2028 para equipos de hasta 52 kV. Asimismo, dicha regla se aplicaría a todo equipo suministrado para instalaciones nuevas o existentes, tanto para reemplazos como para ampliaciones. De esta manera, la Unión Europea demuestra su compromiso con la reducción de gases de efecto invernadero y la protección del medio ambiente.
Como europeos, podemos sentirnos orgullosos de ser quienes lideran la batalla contra el calentamiento global y el cambio climático. Gracias a esta iniciativa, la Unión Europea da otro paso significativo hacia una economía más sostenible y respetuosa con nuestro medio ambiente, contribuyendo así a combatir contra el desastre ambiental de manera efectiva.
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