Desde hace unos años, el 8 de marzo se ha convertido en una fecha en la que el conjunto de la sociedad, de una forma u otra, ha ido tomando conciencia y marcándola como señalada en su calendario. El Día Internacional de la Mujer, declarado como tal en 1975, nació bajo la necesidad imperiosa de hacer ver que el papel de la mujer en la sociedad debía equipararse al desarrollado por el hombre. Hoy, prácticamente 50 años después, se ha visto que la actuación de la mujer está resultando ser, además, imprescindible para hacer frente a los grandes retos que la humanidad tiene por delante, unos retos que, por cierto, no entienden de género.
Así, con esa premisa presente, no es de extrañar que para este 2022, el Día Internacional de la Mujer tenga como lema ‘Igualdad de género hoy para un mañana sostenible’, una consigna con la que las Naciones Unidas quiere reconocer e impulsar la contribución de las mujeres y niñas de todo el mundo en la construcción de un planeta mejor, con el fin de que participen de forma activa en la toma de decisiones relacionadas con el cambio climático. Porque una cosa está clara: si no se alcanza la igualdad de género tampoco podremos conseguir un futuro sostenible e igualitario.
Personalmente, tengo la suerte y el orgullo de formar parte de una organización como Ecoembes, comprometida con la igualdad de género y cuya plantilla está conformada por un 57% de mujeres algo que, afortunadamente, cada vez es más común entre la sociedad española, donde muchos sectores han entendido que el avance debe ser, necesariamente, inclusivo y verde.
Este tándem está cogiendo un impulso imparable, en gran parte gracias al empuje realizado por empresas y organizaciones que han apostado firmemente por dar una oportunidad laboral a los colectivos más desfavorecidos -en muchas ocasiones conformados por mujeres-, esos a los que la sociedad les ha dado la espalda más de una vez.
Entre los proyectos nacidos con esa finalidad se encuentra ‘Reciclar para cambiar vidas’, un programa social que creamos en Ecoembes para hacer posible que esos colectivos que, por distintas circunstancias, tenían complicado acceder al mercado de trabajo, tuvieran una segunda oportunidad a través de un empleo dentro del sector de los residuos.
Hoy, 5 años después de su nacimiento, gracias a la colaboración de más de 450 organizaciones y empresas, 500 mujeres ya han conseguido un empleo en el sector del reciclaje. Algo que, para ellas, supone mucho más que un contrato de trabajo: se les ha dado la oportunidad de poder formar parte de algo mucho más grande, de ser parte activa de una sociedad más justa y más sostenible en la que tener voz.
Como decía antes, los grandes retos que tenemos por delante, como el climático o el de avanzar hacia un mundo más circular, no entienden de género, pero sí de acción y, aquí, todos y todas tenemos mucho que hacer. Por eso hoy, en una fecha tan señalada, me gustaría animar a que sigamos trabajando porque la igualdad y la inclusión pasen a ser algo orgánico en nuestro día a día; porque no sea necesario hablar de segundas oportunidades ni de colectivos desfavorecidos; porque llegue el día en que no tengamos que celebrar esta efeméride.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Mujer 2022.