Este año hemos sido nuevamente testigos del impacto del cambio climático, con millones de personas sufriendo eventos climatológicos extremos en todo el mundo. La reciente Semana del Clima de Nueva York dejó claro que es hora de cambiar las reglas del juego. Y para ello los países y las empresas deben liderar y actuar para limitar sus emisiones y acelerar la transición a energías renovables.
Aunque las inversiones en energía limpia han crecido exponencialmente, según nuestro último estudio con Forrester, el 80% de las empresas reconocen que necesitan hacer más para lograr cero emisiones netas para 2050. Los edificios, que representan casi el 40% de las emisiones globales de carbono, son imprescindibles para resolver la crisis climática.
Es hora de descarbonizar los edificios. Tenemos las tecnologías, la financiación y los expertos para que pasen de ser uno de los mayores desafíos climáticos a uno de los mayores avances en sostenibilidad. Pero además, los edificios inteligentes y sostenibles reducen los costes energéticos, mejoran la resiliencia empresarial e inspiran a la fuerza laboral.
En la agenda directiva
Las iniciativas de sostenibilidad se alinean con los fundamentos empresariales básicos, como la preservación del capital y la inversión en oportunidades de crecimiento, el bienestar y la productividad de los empleados, necesidades cada vez más impulsadas por el liderazgo corporativo.
Se han convertido en prioridad en las agendas de los comités ejecutivos, ya que reducen los riesgos operativos, mejoran la reputación de marca y atraen y retienen a los mejores talentos. Y desbloquean nuevas vías de crecimiento para que las empresas se mantengan a la vanguardia en un mercado en rápida evolución.
De hecho, según un estudio de KPMG, el 70% de los directores ejecutivos priorizan la acción climática porque ha demostrado su valor financiero. Pero es cierto que a pesar de su inmenso potencial en términos de eficiencia energética y reducción de emisiones, las tecnologías inteligentes a menudo reciben menos atención de la que merecen; tal vez porque no se comprende completamente el potencial de ahorro.
Revolucionando las operaciones
La digitalización y las soluciones basadas en datos están revolucionando las operaciones de los edificios. Al aprovechar tecnologías innovadoras como la IA y la analítica, las organizaciones pueden identificar áreas de mejora, implementar medidas de ahorro energético y reducir su huella de carbono.
Hospitales que integran sensores de temperatura y humedad capaces de detectar y destruir virus, campus escolares que logran ahorros masivos de energía y crean entornos más saludables para los estudiantes y edificios gubernamentales que brindan servicios críticos para los contribuyentes mientras ahorran significativamente en los costes operativos ya se han sumado a esta innovación, junto a estadios, aeropuertos, museos, centros de datos y más.
Para las infraestructuras críticas, la confiabilidad es primordial. Las mismas tecnologías que brindan una gran eficiencia energética también ayudan a garantizar el tiempo de funcionamiento y la continuidad de las operaciones, lo que refuerza la resiliencia.
Y cuando se combinan con soluciones conectadas como OpenBlue de Johnson Controls, se pueden identificar los problemas con antelación, monitorizando las instalaciones 24×7. La tecnología permite que los edificios se conviertan en una especie de red neuronal donde todos los sistemas se comunican entre sí, proporcionado resultados positivos para las personas, el planeta e incluso el balance financiero de las empresas.
En Johnson Controls también hemos trasladado esta innovación sostenible a nuestras propias instalaciones y operaciones, transformando nuestros edificios de “cargas” que consumían energía a activos flexibles y ágiles que generan resultados comerciales y empresariales positivos, al tiempo que ofrecen a los clientes los mismos beneficios.
Integrar la innovación sostenible nos ha permitido reducir las emisiones absolutas de Alcance 1 y 2 en un 44% desde 2017, adelantándonos a lo previsto para lograr la meta de reducción del 55% para 2030. Y hemos logrado también una reducción del 27% en las emisiones de Alcance 3 derivadas del uso de nuestros productos, superando su objetivo del 16% para 2030.
Y es que la sostenibilidad se ha convertido ya en una ventaja estratégica, cambiando ampliamente la percepción de tratarse únicamente de un compromiso necesario. Nos encontramos en un punto de inflexión en el que las prácticas sostenibles no sólo están generando un impacto ambiental positivo, sino también un éxito financiero a largo plazo e incluso lugares de trabajo más productivos.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional contra el Cambio Climático.