Entre los valores que han de formar parte de la RSE, la igualdad entre mujeres y hombres debe ocupar un lugar prioritario, ya que significa construir, dentro de sus propios ámbitos, unas relaciones laborales más justas, un sistema de trabajo más eficaz y una mayor fidelidad de la plantilla con los objetivos de la corporación.
La integración de la igualdad de oportunidades en las empresas supone establecer nuevas estrategias de organización y de gestión de los Recursos Humanos, que cada vez tienen más interés, por dos motivos: por un lado, los avances legislativos impulsados tanto por la Unión Europea como por el Estado Español en materia de igualdad y, por otro, los cambios en el mercado de trabajo que exigen nuevas formas de actuación que garanticen la competitividad y la calidad en la producción de bienes y servicios. (…)
Una gestión empresarial que garantiza la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres contribuye a consolidar la RSC. El compromiso de las empresas con la igualdad debe recogerse en los objetivos de sus políticas de gestión y trasladarlo a las actuaciones que se desprendan de ellas.
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