Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de los Derechos Humanos
En el Día Mundial de la Infancia, queremos llamar la atención sobre las graves violencias de género que afectan a millones de niñas en el mundo y subrayar la urgencia de fortalecer los esfuerzos en educación y protección de sus derechos.
Cada año, 12 millones de niñas son forzadas a casarse antes de los 18 años, una devastadora violación de sus derechos. A pesar de que tanto niños como niñas sufren las consecuencias del matrimonio infantil, son las niñas quienes, en su gran mayoría, padecen esta práctica dañina. De no tomar medidas inmediatas, la erradicación de esta práctica a nivel global podría tardar hasta 300 años, según datos recientes de UNICEF.
Otra de las violencias de género que siguen afectando a millones de niñas es la mutilación genital femenina (MGF), una violación de los derechos humanos que en algunas comunidades se considera rito de paso de la niñez a la edad adulta y que está estrechamente ligada con el matrimonio infantil. Cada año, 3 millones de niñas son sometidas a la MGF, una práctica que pone en riesgo su salud física y emocional, además de limitar sus oportunidades en la vida.
Estas prácticas están profundamente arraigadas en tradiciones y costumbres, y a menudo se ven agravadas por crisis económicas o climáticas. En Kenia, país en el que actuamos, una niña que crece en un hogar en situación vulnerable tiene el doble de posibilidades de casarse antes de los 18 años.
La educación como herramienta de cambio: la historia de Naomi
Naomi Gacumbi Mutinda es un ejemplo del impacto que la educación puede tener en el destino de una niña. Nacida en Tharaka, una comunidad de Kenia donde la MGF y el matrimonio infantil son comunes, Naomi pudo escapar de estas prácticas gracias al apoyo de Fundación Kirira. Con la ayuda de una beca, completó su educación y hoy trabaja como profesora, inspirando a otras niñas.
«Dije no a la mutilación y al matrimonio infantil. Gracias al apoyo de Kirira, pude estudiar y aprender sobre los efectos devastadores de estas prácticas. La mutilación genital femenina provoca un alto índice de abandono escolar y mortalidad, mientras que el matrimonio infantil lleva a la depresión y a problemas familiares», cuenta Naomi, quien hoy enseña en su comunidad.
Fundación Kirira: un refugio para las niñas en riesgo
Desde 2007, trabajamos en Kenia para proteger a las niñas de diversas formas de violencia basada en el género. Gestionamos una casa de acogida y dormitorios de rescate, donde las niñas encuentran refugio en periodos críticos, como cuando huyen de matrimonios forzados o de la MGF. A lo largo de los años, estas instalaciones han protegido a cientos de niñas y niños que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Además, cada año concedemos alrededor de 300 becas de estudios para que las niñas puedan continuar sus estudios y aspirar a una vida independiente.
En Kirira creemos que cada niña que logra mantenerse en la escuela es una vida más libre de violencia. La educación es la herramienta más poderosa que tenemos para acabar con estas prácticas.
En este Día Mundial de la Infancia, hacemos un llamado a gobiernos, organizaciones y a la sociedad en general para redoblar los esfuerzos en la lucha contra todas las formas de violencia de género. Solo trabajando unidos por los derechos de los menores podremos garantizar que niñas como Naomi y tantos otros niños vulnerables puedan vivir una vida libre de violencia y llena de oportunidades