Y, aunque no significan lo mismo, se mencionan como sinónimos porque aún no ha habido un aprendizaje real en el mundo corporativo con respecto a estos temas.
Últimamente, las empresas mexicanas quieren subirse a esta ola de Sustentabilidad y ser punta de lanza de esta tendencia. Pero, ¿qué implica ser una empresa sustentable?
Contrariamente a lo que se cree, no basta con un reconocimiento que acredite a una empresa como verde (la relación más común que se hace y, por ende, el más grande error es ligar la Sustentabilidad con prácticas verdes).
La Sustentabilidad Corporativa no se limita a ‘buenas’ prácticas de cuidado al medio ambiente y menos aún se puede considerar a una empresa como socialmente responsable por tener estas prácticas altruistas.
La Sustentabilidad Corporativa debe ir de la mano, principalmente, de buenas prácticas de gobierno corporativo que se integren de manera estratégica con aquellas de Responsabilidad Social y de cuidado al medio ambiente.
Sin embargo, hoy nos encontramos con cientos de despachos y nuevas firmas que pretenden “certificar” a las empresas como socialmente responsables o como empresas “verdes” lo que es un gran riesgo, ya que sólo se están tomando en cuenta algunos factores que comprende el tema. La empresa debe entender que, en primer lugar, no todos los servicios que les ofrecen en el mercado son de calidad y que, además, los inversionistas (y analistas de información relacionada a estos temas) cada vez buscan más y mejores datos en este sentido.
Por ello, las empresas deben aprender sobre Sustentabilidad Corporativa de manera integral. Un certificado no es sinónimo de buenas prácticas. Una moda no necesariamente significa que los individuos que integran las mencionadas empresas comprendan realmente lo que este tema envuelve.
El riesgo de toda moda en el ambiente corporativo es que los departamentos involucrados buscan colgarse medallas que reconocen a sus empresas como líderes en el tema y, para ello, necesitan de terceros (en su mayoría oportunistas que no necesariamente conocen el tema a profundidad) que les asesoren.
Las prácticas de gobierno corporativo deben centrarse en resolver el problema de las asimetrías de la información que pudiera haber entre accionistas, consejeros y directores. Además, deben tener como meta la generación de utilidades para los dueños y la trascendencia en el largo plazo, lo cual se centra en ser competitivos mientras se tiene una base sólida de principios éticos objetivos.
Esta cultura de buen gobierno corporativo debe ser entendida y vivida tanto por la administración como por los empleados. En Responsabilidad Social se toman en cuenta los derechos individuales, la existencia y la difusión de un código de ética, las relaciones laborales entre patrón y colaborador, el apoyo que se da a la comunidad y las políticas con proveedores.
Por su parte, las prácticas de medio ambiente involucran la existencia de compromisos integrales en temas de agua, manejo de residuos, uso de energía, políticas de reciclaje y de campañas de difusión en este sentido. Pero hay que comprender que las prácticas de este rubro dependen de la industria a la que se pertenece, puesto que no se puede pedir lo mismo a una financiera que a una empresa de materiales.
La Sustentabilidad Corporativa debe ser entendida, aprendida y aprehendida. Y, como ésta integra en su esencia la trascendencia en el largo plazo, hay que entender la estructura del sistema, el tipo de instituciones que se tienen y las prácticas que se tienen hoy en día para poder plantear estrategias corporativas en línea con estos factores.
La Sustentabilidad Corporativa no se trata de una simple moda, sino de un paso más para que los empresarios de este país (y del mundo entero) incluyan en su manera de trabajar principios objetivos apegados a una lógica de trascendencia en los negocios.
Con la ética como aliada en el alcance que cada compañía tiene en la sociedad se logrará que la empresa continúe como pilar de la economía y cuna de realización del individuo.