Hoy se cumplen 25 años desde el nacimiento del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas, el instrumento internacional para “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”, que ha sido ratificado por 196 países. En Endesa, llevamos dos décadas también trabando en su conservación y proyectos como el que hoy os contamos, refelejan nuestro compromiso.
Emma era el nombre de nuestra antigua mina de carbón a cielo abierto. Casi 1.000 hectáreas recuperadas gracias a un proceso de restauración al que se han dedicado alrededor de 40 millones de euros y con el que Endesa culmina su plan de restauración de sus antiguos espacios mineros. Terrenos que un día entregaron su riqueza en forma de mineral de carbón, hoy recuperan superficies fértiles para el cultivo y ecosistemas naturales habitados por especies autóctonas e incluso otras nuevas.
Hoy, tres años después de su cierre, el paisaje nada tiene que ver con el que se veía durante sus casi 30 años de explotación. 560 hectáreas han vuelto a tener un uso agro-ganadero tras su restauración, con una productividad superior a la de los terrenos circundantes no alterados. En la actualidad, cuenta con una plantación de 28.000 olivos que tienen una producción media anual de 250.000 kg de aceituna de los que se extrae aceite de excelente calidad. De las 560 hectáreas restauradas, 244 se han destinado a pastizal y cereal, 126 a olivar, 9 a frutales, 77 a bosque mediterráneo, 96 a lago minero y 27 a reforestación autóctona, y ya se ha constatado la implantación de fauna en estos espacios.
Emma ha sido la última en recuperar el color y devolver al entorno su biodiversidad, pero no la única. Antes se trabajó en As Pontes, Andorra y Peñarroya. En total, Endesa ha rehabilitado 5.000 hectáreas, una superficie equivalente a 120.000 canchas de baloncesto o 5.000 campos de fútbol, con una inversión de más de 100 millones de euros. Un ejemplo del firme compromiso con la sostenibilidad y la biodiversidad y el compromiso de Endesa de conservar el entorno.
Plan para la conservación de la biodiversidad de Endesa
Y es que, la niodiversidad es sinónimo de riqueza, fuente de recursos, calidad de vida y posibilidad de desarrollo económico y social. Existen multitud de bienes asociados al uso de la diversidad biológica que sirven a la sociedad, pero que a su vez, constituyen un campo de actividad económica. Es precisamente en el balance entre el uso indispensable de los recursos naturales y su esencia de conservación, donde se decidirá el futuro de la biodiversidad en la tierra, pero en todo caso, lo que parece evidente es que no va a ser posible mantener determinados niveles crecientes de bienestar para una población humana en franca expansión demográfica, y al mismo tiempo remitir la presión de uso de los recursos naturales, no bajo los actuales parámetros sociales y económicos.
La conservación de la biodiversidad no es un concepto nuevo para Endesa. Ya en su primera Política Medioambiental aprobada y publicada en 1998, se establecía como uno de los principios de referencia “Conservar el entorno natural de sus instalaciones mediante la adopción de medidas para proteger las especies de fauna y flora y sus hábitats”. Asimismo, la conservación de la biodiversidad ya se estableció como uno de los siete Compromisos por un Desarrollo Sostenible en el marco del primer Plan Estratégico de Sostenibilidad.
El Plan para la Conservación de la Biodiversidad de Endesa viene a culminar la dilatada trayectoria de la Compañía en la materia. En el año 2012 se diseñó la estructura de un Plan para la Conservación de la Biodiversidad, y en el año 2013 se empezó a poner en práctica, con el resultado de una notable eficiencia y un alto grado de éxito en la consecución de los primeros hitos. En 2017, el Plan ha acabado en 2017 con un total de 25 proyectos en desarrollo y a lo largo del 2018 se espera superar esta cifra.