Tras el verano comenzamos un nuevo curso que no será igual para todos. Ante el convulso contexto global que vivimos, con la guerra en Ucrania como protagonista y una crisis económica que dispara las desigualdades, muchas familias afrontan los próximos meses con gran incertidumbre. A las personas con discapacidad intelectual, las más vulnerables, y organizaciones como Envera esta realidad nos impacta directamente y nos obliga a estar más y mejor preparados para afrontar los retos que tenemos por delante.
Desafíos que, por otro lado, solo podremos superar si trabajamos juntos y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 como hoja de ruta para encaminarnos hacia un futuro más verde, más digital y, sobre todo, que ponga en el centro de todas las políticas el bienestar de las personas.
Así lo venimos haciendo en Envera desde 1977, año en que nacimos de la compañía Iberia, junto con empresas y administraciones públicas que nos apoyan para que las personas con discapacidad intelectual ocupen con dignidad su lugar en el mundo. En estos 45 años de viaje junto a las personas con discapacidad, hemos aprendido, sin ninguna duda, que la formación es la clave principal para conseguir ese empleo soñado que tan importante es para todos, pero también para ser más autónomos, más resilientes y participar de forma activa en la vida social.
Ahora que conmemoramos el séptimo aniversario de los diecisiete ODS de la ONU y a ocho años de la fecha fijada para su cumplimiento, podemos afirmar que el ODS 4: educación de calidad es el objetivo en el que apoyarnos para alcanzar todos los demás. Pensemos, por ejemplo, que “la educación permite la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para salir de la pobreza”, tal y como afirman desde la propia ONU.
Por eso desde Envera defendemos y trabajamos cada día para que las personas con discapacidad intelectual puedan acceder a una formación eficaz, de calidad y basada en la igualdad de oportunidades.
Con programas de formación adaptados a los intereses y necesidades del alumnado y con un excepcional claustro de profesores especializados, en Envera más de 200 personas con discapacidad intelectual cada año mejoran sus aptitudes, conocimientos y habilidades gracias a una educación integral que les permite desenvolverse en una sociedad que cada vez exige una mayor preparación y en la que las personas con discapacidad no pueden quedar excluidas.
La principal meta de la educación inclusiva debe ser la igualdad de oportunidades, que todos los alumnos tengan los recursos suficientes para conseguir sus objetivos más allá del lugar donde reciban su formación. Si la educación especial garantiza una atención personalizada y un desarrollo integral de las personas con discapacidad y, por el contrario, los datos que arroja la educación ordinaria siguen mostrando un alto índice de abandono y fracaso escolar, en muchos casos acompañados además de situaciones de acoso, ¿cuál podemos decir que es la educación más inclusiva?
En Envera sabemos que con los apoyos necesarios todos podemos ser los mejores en algo y así lo demuestran nuestros alumnos, estudiantes con discapacidad mayores de edad que, tras haber abandonado sus estudios en centros ordinarios o de inclusión consiguen con nosotros el graduado escolar tras alcanzar una tasa de aprobados superior al 90 %.
Otro ejemplo son los programas profesionales que impartimos en Madrid y Canarias, con cursos de cocina, agricultura, logística o administrativos, que permiten a las personas con discapacidad acceder al mundo laboral formados como cualquier otro profesional o mejor, ya que cuentan con prácticas reales en centros de trabajo.
De ahí que invitemos a las empresas a que se sumen a los once ODS en los que Envera impacta, por ejemplo, haciendo posible que nuestros alumnos realicen estas prácticas laborales en sus organizaciones para mejorar sus currículums.
Así lo hacemos ya, con notable éxito, con entidades como la Comunidad y el Metro de Madrid, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, o los ayuntamientos de Madrid y Colmenar Viejo. Administraciones que se han convertido en un referente en la inclusión, que derriban prejuicios y apuestan por la igualdad de oportunidades.
Vemos cómo la formación, la educación en definitiva, además de ser clave para la inserción laboral de personas con discapacidad, nos ayuda a impactar en otros tantos ODS (reducción de las desigualdades, trabajo decente y crecimiento económico, alianzas, fin de la pobreza…).
Nuestro compromiso sigue siendo conseguir un mundo mejor para todos a través de los ODS y la formación de calidad, sin duda, es la herramienta más eficaz para conseguirlo. Como señaló Kofi Annan, el primer hombre africano de raza negra en ser nombrado secretario general de las Naciones Unidas y símbolo de la paz mundial al ganar el Premio Nobel de la Paz en 2001, “la educación es un derecho humano con un inmenso poder de transformación. En su fundación descansan las piedras angulares de la libertad, la democracia y el desarrollo humano sostenible”.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: 7º aniversario de los ODS, junto a T-Systems y Villafañe&Asociados