Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, ODS) constituyen retos de transformación inéditos en el mundo, tanto por la profundidad de las reformas que son necesarias, como por la cantidad de sujetos implicados en estos cambios: toda la humanidad. En esta misma línea, la escala de los retos requiere movilizar capital público y privado con el objetivo impulsar el cumplimiento de la Agenda 2030.
No obstante, aunque todos los sectores de la sociedad deben tomar medidas concretas, no es suficiente, es necesario involucrar al sector privado y a aquellos actores que, en particular, juegan un papel relevante en la economía mundial: los participantes en los mercados financieros y las empresas.
Este contexto ha impulsado el desarrollo regulatorio europeo que permitirá movilizar el capital necesario hacia aquellas actividades económicas que contribuyan sustancialmente a objetivos ambientales y sociales. La Taxonomía Ambiental de la Unión Europea ha marcado un antes y un después en los modelos económicos existentes, aportando a los inversores la claridad necesaria para identificar actividades medioambientalmente sostenibles.
En esta misma línea, la Comisión Europea, a través de la Plataforma de Finanzas Sostenibles, viene trabajando una Taxonomía Social con el objetivo de aportar claridad al mercado sobre aquellas actividades económicas que impacten en determinados objetivos sociales. El desarrollo de la Taxonomía Social representa un gran reto; sin embargo, el actual contexto global lo exige.
El desarrollo del mercado de instrumentos financieros sostenibles también representa una gran oportunidad para impulsar el cumplimiento de los ODS.
Los bonos verdes, sociales y sostenibles son una herramienta para financiar proyectos ambientales y sociales que permitan generar un impacto en el medioambiente y la sociedad. Asimismo, los bonos vinculados a la sostenibilidad representan un reto y, a su vez, una oportunidad para financiar los planes de transición de aquellas empresas que buscan alinear su estrategia corporativa con objetivos ambientales y sociales ambiciosos, y que también impulsen el cumplimiento de la Agenda 2030.
Las inversiones socialmente responsables también han sido materia de una evolución interesante en estos dos últimos años.
El reglamento de divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR, por sus siglas en inglés), ha generado una revolución en el sector financiero, estableciendo directrices claras para comercializar aquellos productos financieros que promuevan características de sostenibilidad (artículo 8 del SFDR) y aquellos que tengan como objetivo las inversiones sostenibles (artículo 9 del SFDR). Esto representa un cambio relevante en el mercado, impactando positivamente en la movilización de capital hacia inversiones sostenibles, así como en la lucha contra el “greenwashing” y el “impact washing”
El desarrollo del marco regulatorio europeo permite establecer un lenguaje común y necesario para identificar las actividades, empresas y proyectos que impulsarán el cumplimiento de la Agenda 2030.
Generación de confianza en las Finanzas Sostenibles
Existen mecanismos para respaldar las características de sostenibilidad y las estimaciones de impacto de las inversiones. En EQA España contamos con servicios profesionales de Second Party Opinion de Instrumentos Financieros Sostenibles, Verificación de Impacto, Validación de Taxonomía y Validación de Inversiones Responsables.
Estas validaciones y verificaciones independientes aportan confianza a los inversores y empresas, lo cual representa un impulso para el desarrollo del mercado de finanzas sostenibles.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: 7º aniversario de los ODS, junto a T-Systems y Villafañe&Asociados