Casi en las mismas se habrá apostado por una mayor inversión en Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como fórmula para escapar del zarpazo de la crisis. Los momentos difíciles son, sin duda, los que muestran la solidez de las organizaciones, empresariales o no, y de sus líderes. Y son la prueba de fuego que examina la firmeza de los planteamientos éticos proclamados.
“Cuando baje la marea -dice Warren Buffet- sabremos quién estaba nadando desnudo”. Esta frase la recogía Alejandro Roca Soto en sus 20 frases para gestionar en tiempo de crisis, que han ido corriendo como la pólvora en Internet y que dibuja perfectamente la realidad de los mercados. Hay demasiados striptease indeseados, pero a partir de ellos seremos, necesariamente, más fuertes, porque habrá errores que no volveremos a cometer.
En el momento en que escribo este artículo nos encontramos en medio de una situación de análisis ‘contradictorios’ sobre lo que está aconteciendo, pero hay al menos dos claves irrefutables que se resuelven en términos de liderazgo y responsabilidad. Nadie duda a estas alturas de que estos dos elementos son el motor para superar la actual coyuntura y para construir un escenario económico y social más próspero.
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