Facilitar el acceso al empleo se ha convertido en nuestra mayor responsabilidad, y la asumimos con compromiso porque el primer paso para la integración social es disponer de un empleo de calidad.
En España, a pesar del fuerte ritmo de creación de puestos de trabajo de los últimos años, el desempleo sigue cebándose en lo que se denominan colectivos de difícil inserción: jóvenes, mujeres y desempleados de larga duración. En marzo de 2006, la tasa de paro juvenil ascendía al 22,68%, la femenina (12,22%) casi doblaba a la de los hombres (6,8%), y los desempleados de larga duración representaban el 26% del total del desempleo. (…) Hemos asumido la responsabilidad social que supone nuestra actividad. Ahora está en manos de la voluntad política y sindical que todos los trabajadores, y aquellos que quieren llegar a serlo, puedan beneficiarse de la labor que estamos acometiendo y que podamos ofrecerles aún mucho más.
Nosotros estamos preparados para afrontar el reto y para ello pedimos que no se nos elimine ni una sola de las condiciones y requisitos que se nos exige en este momento porque, además, esa es nuestra garantía respecto a otras fórmulas de intermediación.
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