La desigualdad es uno de los retos que el siglo XXI está viendo crecer con más fuerza. La brecha entre ricos y pobres se agranda, fruto de la suma de múltiples procesos simultáneos que amenazan con dejar atrás a cada vez más comunidades, a cada vez más personas. La pandemia mundial no ha hecho sino agravar unas tendencias que, si ya antes nos daban inquietantes señales de alarma, hoy nos están haciendo llegar una auténtica llamada de socorro global.
El 25 de junio de 1859, los campos de Solferino (norte de Italia) amanecieron repletos de decenas de miles de heridos franceses, piamonteses y austriacos tras una cruenta batalla. Los contendientes no tenían capacidad de asistir a los soldados propios y muy poca intención de hacerlo con los enemigos. Un hombre de negocios suizo, Henry Dunant, fue testigo de esta crueldad de los hombres para con los hombres. Y decidió actuar. Escribió el libro Recuerdo de Solferino e inició una campaña para crear un cuerpo de voluntarios que actuara en las contiendas bélicas y socorrer a los combatientes de cualquier bando. Ese fue el germen de Cruz Roja, convertida hoy día en uno de los mayores esfuerzos en común de la historia para ayudar a todo aquel que lo necesite allí donde lo necesite.
Tras siglo y medio de andadura, Cruz Roja sigue atendiendo, sigue estando presente en todos los campos donde merece la pena librar la batalla de la asistencia. La pandemia mundial ha sido un nuevo Solferino para muchas de esas personas que creen en las personas, que están dispuestas a no dejar que un semejante sufra mientras haya una mínima posibilidad de actuar. Si ya señalábamos la desigualdad y la vulnerabilidad como dos de los signos de nuestro tiempo, también es justo señalar que las respuestas ante el problema, la solidaridad y la acción social, también lo son. En ocasiones la dificultad lleva al pesimismo. Es un error. Debemos recordarnos día tras día la enorme capacidad del ser humano de avanzar, de proyectarse hacia el futuro en clave de bien común.
Cruz Roja es un ejemplo clarísimo de ese impulso. Y no sólo ejemplo, sino motor. En España 79.000 personas están prestando su ayuda para que la solidaridad no pare en un momento de máxima exigencia. El lema de este Día Mundial de la Cruz Roja 2021, “De la sociedad a la sociedad” no puede ser más acertado. Cuatro millones de personas han recibido su ayuda en un esfuerzo sin precedentes gracias al programa Cruz Roja Responde. Podemos decir con orgullo que tanto Endesa como su Fundación estamos trabajando codo con codo con Cruz Roja para llegar allí donde nos necesitan y donde podemos ser útiles.
Estamos colaborando con recursos económicos, pero también a través de nuestro programa de voluntariado corporativo, al que ahora damos una nueva mirada y una nueva energía. Así, la iniciativa conjunta de Cruz Roja, Ecodes, Endesa y la Fundación Endesa, de Voluntariado Energético cuenta con la participación de 82 de nuestros empleados que, de forma desinteresada, contribuyen con su tiempo y sus conocimientos dando formación a familias en situación de vulnerabilidad sobre cuestiones del día a día, como formas de ahorrar en el recibo de la luz o consejos para entender la factura. Todo ello con el objetivo de aliviar la pobreza energética en los hogares que peor lo están pasando.
Al igual que Cruz Roja, nuestra presencia en los territorios es uno de nuestros grandes activos. La capacidad de llegada a la población nos brinda la capacidad de crear impacto y cambio. Y, con ello, también la responsabilidad. La asumimos con convicción e ilusión. Apoyados en los acuerdos entre ambas instituciones hemos atendido lo urgente, como el reparto de mascarillas en Canarias, pero también a lo importante, con cursos de inserción laboral o de capacitación en habilidades digitales en Andalucía, Baleares…Todas ellas iniciativas que tratan de que el lema de la Fundación Endesa “Iluminamos talento” se convierta en una realidad capaz de transformar en positivo la vida de aquellos a los que atendemos.
Otra muestra concreta de nuestro compromiso fue la creación por parte de Endesa, en marzo de 2020, del Plan de Responsabilidad Pública contra la Covid 19. En él hemos invertido 25 millones de euros para donaciones económicas directas, compra de materiales y servicios y condiciones especiales de suministro energético a hospitales, residencias, hoteles medicalizados.
La celebración del Día Mundial de la Cruz Roja debe servirnos para recordar que somos muchos los que aportamos nuestro grano de arena para que la salida a esta crisis sea lo más rápida posible, por cerrar la herida social sin dejar a nadie atrás. Tejer alianzas, crear espacios de confianza entorno a la apuesta por la mejora del espacio social compartido, es un aliento que está tendiendo cada vez más puentes entre los diversos actores; administraciones públicas, tercer sector y, cómo no, empresas y entes privados. Decía Jean Cocteau que el éxito o el fracaso no importan, pero sí “haber traspasado de parte a parte un solo corazón”.
Desde la Fundación Endesa no nos cabe duda de que ese debe ser nuestro empeño: seguir iluminando el talento, impulsar el cambio y aunar cada día más voluntades, más corazones que diría Cocteau, bien desde las instituciones como Cruz Roja, bien desde el impulso de las personas, de cada uno de nuestros voluntarios que ponen rostro y alma a nuestros proyectos. Sería una magnífica aportación a un mundo mejor, a un mundo más sostenible.
Feliz Día Mundial de la Cruz Roja
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de Cruz Roja.