Los compromisos adquiridos con la publicación, hace ya ocho años, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se extienden tanto a los poderes públicos como al sector privado, debiendo trabajar para su consecución gobiernos, instituciones, empresas y, como no podría ser de otro modo, el Tercer Sector. Es nuestra obligación recoger el guante para trasladar internamente estos objetivos y esforzarnos en que dejen de ser intenciones y se conviertan en realidades.
Dentro de los ODS, el número 16 desgrana las cuestiones relativas a la “Paz, justicia e instituciones sólidas”, incluyendo tres metas que guardan estrecha relación con el cumplimiento normativo. En concreto, la meta 16.5 nos habla de “Reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas”, la 16.6 de “Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas” y, por último, la 16.7 insta a “Garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades”.
La mejora continua forma parte de los valores fundamentales de FUNDACIÓN JUAN XXII, donde apostamos por ser más eficaces y mostrar nuestro compromiso con el buen gobierno, el control interno y la transparencia. Y qué mejor modo para su consecución que la implementación de un sistema de gestión de Compliance.
Una decisión adoptada y puesta en marcha que ha requerido un intenso trabajo y que ha dados sus frutos con la obtención de la certificación AENOR de Sistemas de Gestión de Compliance UNE-ISO 37301. Este importante hito supone una tremenda alegría para nosotros, a la vez que una gran responsabilidad, ya que FUNDACIÓN JUAN XXIII es la primera entidad del Tercer Sector en obtener esta certificación y la séptima organización en España.
Sin duda, adecuar los procesos de una entidad a un estándar internacional conlleva una serie de beneficios procedimentales que permiten identificar, incluir controles, monitorear y reportar los riesgos de cumplimiento no sólo de las obligaciones legales sino también de las asumidas contractualmente, a través de convenios o acuerdos o de autorregulación.
¿Con qué objetivo? para establecer las medidas necesarias con el fin de evitar dichos riesgos. Contar con estos controles supone, además de una posible mitigación de la responsabilidad penal de la persona jurídica, una garantía para los stakeholders con los que se relaciona la organización, que pueden tener la tranquilidad y confianza de estar ante una entidad que trabaja por la excelencia, la transparencia y la seguridad.
El cumplimiento normativo y la gobernanza ejemplar deben ser iguales para todas las organizaciones, desde las multinacionales más grandes hasta las entidades más modestas. Todas estamos llamadas a trabajar incluyendo en nuestra perspectiva los ODS. Superado ya el ecuador, debemos redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar estos Objetivos. Debemos hacerlo, y debemos hacerlo ya. Los beneficios, como hemos visto, serán compartidos y colectivos. No cejemos en el empeño.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8º Aniversario de los ODS, en colaboración con Metrovacesa.