Las consecuencias que está trayendo el cambio climático consigo son cada vez más evidentes. Por ello, es de gran importancia que existan iniciativas a todos los niveles que ayuden a disminuir el impacto negativo de las acciones humanas e industriales en el medio ambiente y, así, mejorar la calidad de vida de todos.
Las empresas líderes, gracias a su capacidad de innovación, de digitalización, el talento de sus equipos, y los altos estándares de transparencia y buen gobierno, se encuentran en una posición única para contribuir al desarrollo sostenible. Que las empresas cambien sus modelos de negocio en términos de sostenibilidad e impacto climático conllevará, ineludiblemente, la necesidad de dotar a las personas con las capacidades y conocimientos necesarios para desempeñar su trabajo en un nuevo escenario.
Según un estudio de la OIT, Europa tiene el potencial de crear entre 700.000 y 1.000.000 de empleos verdes en los próximos diez años si se aplica de manera exitosa el Pacto Verde Europeo en todo el territorio de la UE. Estos empleos garantizarán la igualdad de oportunidades, teniendo en cuenta a personas pertenecientes a los colectivos más vulnerables, como, por ejemplo, las personas con discapacidad mental e intelectual.
Una opción real para afrontar y amortiguar estos impactos negativos del cambio climático es la puesta en marcha de huertos urbanos ecológicos, que ayuden a respirar a las ciudades. Entre estos innovadores proyectos, por ejemplo, los gestionados por FUNDACIÓN JUAN XIII, que son dirigidos por personas con discapacidad intelectual, transforman el entorno urbano y empresarial en espacios más naturales y habitables, combinando la diversidad y el desarrollo sostenible.
Gracias a estos, se han logrado crear espacios verdes en centros laborales, promoviendo la ecología, la inclusión, el aprendizaje y contribuyendo a facilitar la convivencia y, así, mejorar la calidad de vida de las personas.
Estos huertos urbanos tienen grandes impactos sociales y medioambientales positivos. Entre otros, por ejemplo, solo el año pasado se produjeron en estos huertos más de 1,5 toneladas de alimentos frescos, de los cuales, gracias a la campaña de “Donación de Alimentos”, fueron donadas 1,33 toneladas a más de 200 familias atendidas por la Red de Recogida de Alimentos de Rivas-Vaciamadrid.
Ya desde el 2019, Madrid contaba con el huerto urbano inclusivo más grande de España, instalado en el edifico de Avenida Europa y puesto en marcha por Soluciones Verdes Urbanas de FUNDACIÓN JUAN XXIII. Incluso, en 2021 se dio un paso más allá con la construcción de un nuevo huerto urbano que duplica en superficie del anterior, instalado en el edificio de Adequa, de MERLIN Properties.
Con ello, actualmente, existen más de 9 huertos urbanos inclusivos empresariales en colaboración con MERLIN Properties, Gmp, ING y Stihl, que suman un total de 965 m2 de superficie cultivable. En ellos, se realizan cultivos mediante métodos de agricultura ecológica, obteniendo una gran cantidad de beneficios, tanto para el entorno como para los trabajadores que gestionan los huertos.
Entre estos beneficios, destacan los espacios de trabajo amables con el medio ambiente y con las personas, absorción de cientos de kilos de CO2 de la atmósfera, fomento del empleo de calidad para personas con discapacidad intelectual, la reducción del ruido urbano y el uso eficiente del agua y materiales sostenibles.
Los huertos urbanos son una solución que ayudan a mejorar el ambiente urbano, aprovechando los espacios en las ciudades y consumiendo alimentos de manera ecológica, fresca, local y saludable. Sin duda, estos huertos son una gran opción para generar puestos de trabajo dignos, promover la inclusividad laboral y mejorar el entorno social.
En definitiva, proyectos como el de los huertos urbanos de FUNDACIÓN JUAN XXIII constituyen una alternativa para crear empleos verdes e inclusivos. Todo ello, con entornos innovadores, los cuales inspiran un cambio hacia una forma de vida más sostenible, verde y saludable, visibilizando la labor de personas muy valiosas para la sociedad.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente