Son muchas las personas que dedican parte de su tiempo y de sus esfuerzos a cuidar a otras personas, mayores o dependientes. Algunas veces esta ocupación está remunerada, pero tantas otras estos cuidados están referidos a un familiar o a alguien cercano y está acompañada de otras actividades profesionales, donde en muchas ocasiones no se encuentran facilidades para compaginar ambas actividades.
A pesar de ser un trabajo que realizan más de dos millones de personas en nuestro país, cuidar de personas mayores o dependientes está prácticamente invisibilizado para la sociedad. Es innegable la necesidad de poner en valor este tipo de trabajos, no sólo como una forma reconocimiento y apoyo a las personas que lo realizan, sino también como un motivo más para destacar la importancia que toma la conciliación en estas, y tantas otras, situaciones.
Problemas como la falta de tiempo para mantener la vida personal, la sobrecarga, la falta de reconocimiento social o las repercusiones laborales y económicas que sufren los cuidadores con mayores o dependientes a su cargo, podrían mejorar si la sociedad entendiera la importancia que tiene la conciliación real entre su vida personal y profesional.
Como suele pasar en casi todos los escenarios relacionadas con el cuidado de la familia, son las mujeres las que ocupan el mayor porcentaje de cuidadoras. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) un 85% de este colectivo son mujeres, que muchas veces se ocupan de un familiar dependiente con problemas cognitivos.
El hecho de que el trabajo de las cuidadoras esté muchas veces condicionado por la relación familiar con la persona necesitada se traduce, con frecuencia, en una triple responsabilidad para estas mujeres. Por un lado, con la persona dependiente, por otro con su trabajo en otro campo y por último con su vida personal.
De estas situaciones, que afectan a muchísimas personas que dedican sus cuidados a personas mayores o dependientes, surge la imperiosa necesidad de visibilizar al colectivo de cuidadoras y cuidadores y su necesidad de conciliar. Es imprescindible que la sociedad reconozca este tipo de trabajos como algo real y necesario.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de las Personas Cuidadoras