El compromiso con la sociedad es una de las señas de identidad de la Fundación Mutua Madrileña, que acaba de celebrar sus primeros 20 años de vida. A través de cuatro líneas de trabajo, como son la investigación en salud, la difusión cultural, la seguridad vial y la acción social, la Fundación Mutua Madrileña trata de llegar a aquellos sitios donde hay necesidades no cubiertas.
En el área de acción social, la atención a las personas refugiadas es una de estas necesidades en las que la Fundación Mutua Madrileña no quiere mirar hacia otro lado y, a través de su colaboración con diversas entidades sin ánimo de lucro, aporta su grano de arena desde hace años por medio de distintas iniciativas.
Una de ellas es sin duda su Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos Sociales, que ya ha entregado su decimosegunda edición. La Fundación Mutua Madrileña pone en marcha anualmente esta convocatoria, dotada de un millón de euros, para apoyar económicamente a proyectos de ONG, entre ellos varios en la categoría de cooperación al desarrollo. Es aquí donde, en cada edición, nos comprometemos con la viabilidad de proyectos llevados a cabo para atender a la población refugiada.
En concreto, en 2024 y a través de la duodécima edición de nuestra convocatoria de ayudas, estamos financiado la Clínica Móvil de Bidi Bidi, en Uganda, que atiende a refugiados de Sudán del Sur. La Fundación África Directo lleva a cabo este proyecto con el objetivo de ofrecer asistencia sanitaria a la población sudanesa refugiada en el campamento de Bidi Bidi. Gracias al apoyo de la Fundación Mutua, la clínica móvil ha sido dotada con material de emergencia y farmacológico para prestar atención a todos los desplazados y mejorar sus índices de salud y reducir la tasa de mortalidad, principalmente entre los menores. Y se espera que más de cinco mil personas puedan beneficiarse directamente de esta iniciativa.
Al margen de la ayuda que organizadamente prestamos cada año a través de nuestra convocatoria, en Mutua Madrileña y en nuestra fundación pensamos que la responsabilidad social corporativa no puede ser algo estático, sino que tiene que ser lo suficientemente ágil para adaptarse rápidamente a cubrir las necesidades que van surgiendo. Y esta imprevisibilidad está sin duda asociada al desplazamiento forzoso de personas por el inicio de conflictos o a las catástrofes naturales.
En 2022, en los primeros días del conflicto bélico en Ucrania, la Fundación Mutua reaccionó con una aportación de emergencia a las ONG que trabajan tanto en las fronteras de Ucrania como en las zonas de conflicto ofreciendo alimentos y productos de primera necesidad a la población que huía de la guerra; y posteriormente, fuimos lo suficientemente dinámicos para incorporar una categoría de ayuda específica a la población de Ucrania dentro de nuestra Convocatoria de Ayudas a Proyectos Sociales; en 2023, también supimos reaccionar rápidamente ante los devastadores terremotos que arrasaron en febrero parte de Turquía y Siria y, en septiembre, Marruecos.
La Fundación Mutua Madrileña se activó y quiso responder inmediatamente ayudando a las ONG que trabajaban directamente en los epicentros de la tragedia.
Toda esta labor la respaldamos con otra tan necesaria como es la de la divulgación dentro y fuera de nuestra propia casa.
A través del Programa de Voluntariado Corporativo de Mutua se busca, no solo impulsar y generar un entorno de oportunidades para los refugiados que viven en nuestro país a través de actividades de ocio, formación o deporte, sino también contribuir a la sensibilización de nuestros propios profesionales y sus familias en torno a las necesidades y posibilidades de integración de estas personas desplazadas.
Igualmente, hemos difundido la labor de ACNUR a toda la sociedad dentro de nuestra producción audiovisual “El arte de crear Solidaridad”, donde tuvimos el privilegio de entrevistar, en uno de sus episodios, al presidente del Comité Español, José María Gil Robles, para conocer, de primera mano, el trabajo con los refugiados en las zonas de conflicto y sus necesidades.