Cada 22 de marzo, con la llegada de la primavera, en el mundo celebramos el Día Internacional del Agua. Este, es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de este recurso esencial para la vida en la Tierra.
Hace un par de años, llegó a mis manos un artículo que se titulaba “las piedras del hambre”. La leyenda de estas inscripciones en las piedras está ligada a un fenómeno histórico muy sombrío que tiene lugar en algunas regiones del norte de Europa y se han hecho famosas por reaparecer de vez en cuando, cuando el nivel del agua de los ríos baja mucho. Se consideran una especie de advertencia. Una señal que sirve para recordar que la falta de recursos, en particular del agua, puede derivar en situaciones de extrema pobreza y hambre.
Cuando estas inscripciones “vuelven a la vida”, se considera una alarma y una amenaza de los efectos del cambio climático.
El agua, como vemos con las «piedras del hambre», ha sido siempre un factor determinante en la supervivencia de las personas. Y ahora, el riesgo de la escasez de agua es aún más palpable debido al cambio climático.
En regiones como el Mediterráneo, que ya enfrentan serias dificultades por la sobreexplotación, la contaminación y la disminución de los recursos hídricos, la situación es crítica. Este mar, que es hogar de una enorme biodiversidad y fuente de vida para millones de personas, está siendo afectado por los mismos problemas que las antiguas hambrunas: la falta de agua limpia.
Hoy, más que nunca, el agua es un tema urgente. Las sequias son cada vez más frecuentes y severas, los patrones de lluvia están cambiando, haciendo que muchos ecosistemas, como los de nuestro Mediterraneo, estén en peligro.
En este contexto, iniciativas como las que en DONTE GROUP estamos llevando a cabo con la Fundación VELLMARI en Formentera, son cruciales.
Proteger el Mediterraneo, conservar sus aguas y ecosistemas a través de proyectos sostenibles. Trabajar para reducir su contaminación, promover el uso responsable del agua de la forma que sea, salada o dulce y restaurar los hábitats marinos.
El Mediterraneo no solo es una fuente de agua, es un centro de biodiversidad y un motor de economías locales.
Si queremos evitar que “las piedras del hambre” del pasado, se conviertan en una realidad del futuro, necesitamos tomar conciencia y decisiones responsables hoy.
Proteger nuestros ríos, nuestros mares y océanos. Cuidar de los recursos hídricos son tareas que deben unirse en un esfuerzo global que comienza en nuestros hogares.
Actuemos ya.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Agua