Los sentimientos son encontrados cuando encadenas ya seis años de ayuda humanitaria junto a ACNUR para paliar la terrible situación que viven las personas refugiadas. Es cierto que, por un lado, la satisfacción que produce apoyar la causa es motivo de profundo orgullo como compañía. Sin embargo, como nos sucede en tantas otras iniciativas, las consecuencias de implicarse nos hacen conocer la realidad hasta tal punto que sientes como los esfuerzos deben redoblarse día tras día. Si bien ambas sensaciones son perfectamente compatibles, en Cesce hace tiempo que hicimos de esta dualidad el motor de nuestro compromiso.
Mención aparte es el análisis que merecería realizarse para saber cómo es posible que estemos tratando estos temas en pleno 2024. Es incomprensible que regiones como la del Chad, unos de los países más pobres de África, sea el refugio de más de 1.1 millones de personas y al mismo tiempo, carezca de servicios esenciales como el acceso de agua potable y al saneamiento e higiene. Esta es precisamente la última situación que estamos tratando de revertir junto a ACNUR, dándole como siempre prioridad al colectivo más vulnerable, las mujeres y los niños, por su doble condición de víctimas al presentar una mayor exposición de sufrir vulneraciones de derechos y violencia.
El continente africano ha sido, precisamente, el foco de las acciones que hemos venido apoyando durante todo este tiempo. Es el caso del proyecto al que nos sumamos en 2022 para luchar juntos contra la violencia sexual y de género que sufren las niñas y para su refugiadas en República Democrática del Congo, apoyando medidas para su asistencia, protección e inserción socioeconómica, además de la propia formación dirigida a los comités locales de protección, quienes juegan un papel clave en la identificación temprana y derivación rápida de este tipo de casos. También en esta región colaboramos anteriormente para el reparto de kits tanto de emergencias -compuestos por mantas, plásticos contra la lluvia y cubos para transportar agua, entre otros- como preventivos de cólera, ambos para ayudar a las familias refugiadas, respectivamente, junto a lámparas solares para proteger a mujeres y niñas de posibles ataques y abusos durante la noche.
Ese mismo año, quisimos además reforzar nuestro compromiso hasta convertirnos en ‘Empresa INVIERTE X los refugiados’ para dar así una sólida respuesta frente a las circunstancias. Esto incluye, como no podría ser de otra manera, campañas de sensibilización dirigidas a nuestros propios empleados para dar a conocer la dura situación de las personas refugiadas. La propia sede de Cesce ha sido varias veces el escenario ideal para acoger exposiciones fotográficas y charlas que persiguen este mismo objetivo, como la titulada ‘The most important thing’ donde nos servimos además de gafas 3D para mostrar esta realidad de manera única. Seguimos apostando por ello a día de hoy y este mismo año celebraremos una nueva exposición en nuestras instalaciones con la que mostrar esta problemática, esta vez mediante figuras.
Encaramos, por tanto, el sexto año de nuestro acuerdo de colaboración con ACNUR bajo el firme compromiso de redoblar esfuerzos a favor de las personas refugiadas. En el marco de nuestro Plan Director de Sostenibilidad, seguiremos apoyando iniciativas que, como las de ACNUR, se alinean con los valores éticos y sociales que imperan en Cesce para contribuir así a un futuro más justo y equitativo para todos.