“Las mujeres son el motor de la recuperación económica”. Una afirmación que tiene aún mayor peso tras los efectos de la COVID-19, que nos han hecho replantearnos unos cambios que son necesarios para enfrentarnos a esta recuperación económica. Un momento clave para estudiar la importancia de las mujeres y su impacto económico ya que representan el 70% de la demanda del consumo global.
Por eso, en este día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es más importante que nunca reflexionar sobre el papel que las mujeres desempeñan y que la COVID-19 no ha hecho más que reforzar y poner de manifiesto las diferencias existentes entre mujeres y hombres. Incluso varios expertos señalan que no se podrá alcanzar la paridad total hasta dentro de 276,6 años, acuñando el término “Shecession”, en vez de “Recession”: Y es que, en materia laboral, la pandemia ha tenido un impacto más negativo en las mujeres que en los hombres. Una situación que muestra un 5% de desempleo femenino, frente a un 3,9% masculino, según la OIT.
Porque, aunque el trabajo desde casa a primera vista podría parecer un perfecto activo para conciliar, ha resultado ser un arma de doble filo para las mujeres. ¿Por qué a las mujeres siguen sin beneficiarle del trabajo desde casa? Durante la pandemia se comprobó que aquellas que pudieron trabajar desde casa fueron también responsables de la mayor parte de las tareas del hogar, cuidado de niños y mayores.
Ya antes de la pandemia, el 57% de las españolas declaraba haber tenido que dejar su trabajo por no ser compatible con su maternidad, ahora, ese porcentaje -reflejado en el estudio “Maternidad y trayectoria profesional del IESE”-, podría haber aumentado considerablemente.
Los gobiernos del todo el mundo están pasando por alto los efectos de la COVID-19 sobre las mujeres y como les afecta desproporcionadamente. En un estudio sobre esta cuestión, la ONU llegó a la conclusión de que solo el 10% de todas las medidas implementadas a nivel mundial son políticas diseñadas específicamente para brindar apoyo a las mujeres. Hace falta que los gobiernos de todo el mundo cambien radicalmente su perspectiva y se den cuenta del valor y aporte económico de las mujeres, e impulsen acciones para que emprendan en sus negocios y trabajen el desarrollo de medidas financieras que apoyen a las mujeres.
Es necesario que se promuevan iniciativas para que se pueda garantizar la mejor educación financiera para las mujeres a la vez que se potencie sus habilidades de marketing y comerciales con el propósito de que puedan innovar y poner en marcha nuevas ideas.
A nivel privado, las empresas también tenemos que aportar nuestro granito de arena y asumir la responsabilidad que nos toca en este tema. Hemos visto que la conciliación real no existe en España y que solo se podrá conseguir si trabajan de forma conjunta gobiernos y entidades empresariales. Las empresas tienen que cumplir también su parte y resaltar la importancia de cosas tan básicas, pero a veces tan necesarias, como que se cumplan las jornadas laborales, que las reuniones se convoquen a unas horas razonables y, en definitiva, velar por la salud de un entorno que favorezca el ambiente familiar y el personal.
Es el momento como sociedad de aprovechar la oportunidad de replantearnos la actual situación y enfocar la recuperación desde una perspectiva de género, que nos permita cerrar la brecha existente. Nuestro compromiso debe enfocarse en aprovechar todo el talento del mundo y no dejar atrás al 50% de la población. Según los últimos datos, la eficiencia económica y el cumplimiento de los derechos humanos tienen que estar respaldados por la igualdad de género. Ahora, juntos, tenemos que impulsar un cambio que permita que las mujeres estén representadas en todos los trabajos, lideren la innovación y formen parte activa de la recuperación económica.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Mujer 2022.