Con esta reflexión y con uno de los datos que manejamos la semana pasada en Nueva York, paradigma del consumismo, por cierto, en la Cumbre organizada por Naciones Unidas y grandes empresas, Impact2030, empiezo. El dato en concreto fue que si todos los habitantes del planeta consumieran como lo hace un ciudadano estadounidense medio, sólo habría recursos naturales para 1.500 millones de habitantes. Se quedarían fuera, por tanto, los 5.500 millones de habitantes restantes. Está claro que debemos buscar otra senda por la que seguir viviendo en este planeta.
En la Cumbre Impact 2030 tuve el privilegio y honor de poder intercambiar mi opinión con expertos de todo el mundo. Han sido unos fantásticos días intensos en los que, sin duda, hemos consensuado las bases que nos van a ayudar a lograr definitivamente las metas que suponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y digo las bases para lograr porque, en la Cumbre, lo que hemos consensuado es la forma en que vamos a implicar y acompañar a las empresas en este apasionante proceso y sobre todo, en la sensibilización de las personas empleadas en estas organizaciones: el voluntariado corporativo. Es la única solución. No hay alternativas.
Existen sobradas pruebas de que ni la ONU ni los gobiernos que la componen son capaces de afrontar los 17 retos por sí solos, y lo digo con el conocimiento y la experiencia de haber participado desde ambos lados del tablero. No es necesario recordar que los famosos Objetivos del Milenio supusieron un fracaso estrepitoso. Se trataba de un plan diseñado por el Norte rico para el Sur pobre. Pero ahora, por fin, las reglas del juego han cambiado y nos encontramos con dos cambios de paradigma:
- Ya no se trata de un plan del Norte para el Sur. Ahora todos somos países en vías de desarrollo y los ODS nos afectan a todos por igual.
- Tampoco se trata de plan institucional y gubernamental. Los gobiernos ya han asumido que no tienen capacidad por sí solos de resolver este reto. Ahora es un plan en el que estamos todos implicados. Desde la Sociedad Civil (ONG y Voluntariado) hasta el mundo empresarial.
Y de eso es precisamente de lo que hemos debatido en la Cumbre de la ONU, de la iniciativa Impact2030. Una iniciativa que es fruto de la colaboración global del sector privado y de Naciones Unidas y cuyo fin es implicar a las empresas de todo el mundo, a través de la movilización estratégica de sus voluntarios corporativos, que pretendan alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
IMPACT2030 Y VOLUNTARIADO CORPORATIVO
Impact2030 comenzó a gestarse en el año 2013 y se presentó formalmente en el 2015 a la vez que se produjo el lanzamiento de los ODS. En Impact2030 trabajamos conjuntamente empresas como Google, Pfizer, IBM, SAP, GSK, Telefónica, UPS, Apple o La Caixa con varias agencias de Naciones Unidas y redes internacionales de voluntariado como Voluntare.
Durante tres días hemos estado trabajando con empresas que tienen más de 5 millones de personas empleadas en más de 200 países. Varias de ellas con un presupuesto anual superior al del gobierno de los EEUU. Y todo ello en una Cumbre en la que no seríamos más de 100 asistentes. No cabe duda, pues, de que el sector empresarial juega un papel fundamental en la consecución de los ODS. Y no sólo por motivos económicos, que también, sino porque las empresas son las que: lideran la innovación, gestionan gran parte de los recursos naturales y movilizan los flujos económicos nacionales e internacionales.
Pero con Impact2030 vamos más allá. No nos limitamos a justificar la razón por la que las empresas son un agente fundamental en la consecución de los ODS, sino que especificamos la mejor forma de hacerlo que no es otra que la de es implicar a sus propios empleados, a través de los programas de voluntariado corporativo. ¿Y por qué es tan importante ese matiz? Porque con los ODS tratamos de transformar la sociedad, es una llamada a la acción de todos, empezando por las personas. Y por tratarse de una llamada a la acción, es clave poder demostrar con hechos que estamos avanzando. Por desgracia, todavía existe un gran escepticismo, y no basta con anunciar cosas que gobiernos y empresas ya están dispuestas a hacer. Las personas queremos ver, queremos tocar, queremos vivir y ser parte del proceso. El voluntariado corporativo nos va a permitir, de forma directa, vivir lo que las empresas para las que trabajamos están haciendo por el mundo en el que vivimos.
Debemos vivir el cambio del mundo que queremos. Debemos ser todos partícipes. De ahí el gran interés de promover el voluntariado en todos los niveles. Hablamos de ciudadanía comprometida, crítica, solidaria, constructiva… El voluntariado es una de las claves para alcanzar los objetivos.
Esta primera cumbre bienal de Impact2030 supone el pistoletazo de salida para multitud de grupos de trabajo, de foros de debate, de proyectos piloto, de desarrollo de herramientas… Gracias al trabajo que hemos desarrollado estos años, buena parte de esos foros de debate y proyectos piloto se desarrollarán en España, como reconocimiento de nuestra labor.
Para terminar, hace unos años tuve la suerte de escuchar estas palabras del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, que son perfectas para animar a todas las personas a hacer voluntariado y a todas las empresas a facilitarlo:
“El voluntariado es una fuente de fortalecimiento comunitario, resiliencia, solidaridad y cohesión social. Genera cambios positivos promoviendo el respeto por lo diverso, igualdad y la participación de todos. Es uno de los activos más importante de nuestra sociedad”