En los últimos años, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente en todos los sectores, incluido el inmobiliario. Este sector, según la Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación, consume el 40 % de la energía en la Unión Europea y produce el 36 % de sus emisiones asociadas; mientras que el 75% de los edificios de la UE aún no son energéticamente eficientes. Ante estas cifras, resulta fundamental avanzar hacia una construcción más eficiente y respetuosa con el medioambiente, que esté alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Para ello, contamos con la Taxonomía de la Unión Europea, un instrumento clave para ayudar a agentes financieros y empresas a definir qué actividades económicas son sostenibles. Más concretamente, se trata de una nueva regulación de la Comisión Europea que pretende consolidar unos criterios técnicos comunes y transparentes para determinar que una actividad económica es sostenible y contribuye a las metas y objetivos europeos.
¿Cómo afecta la Taxonomía al sector de la construcción?
Centrándonos en el sector de inmobiliario, la Taxonomía de la UE redefine cómo se construyen, gestionan y valoran las propiedades en Europa. Para que un edificio se considere alineado con este marco regulatorio debe contribuir significativamente a uno de los seis objetivos ambientales establecidos por la Comisión Europea, sin perjudicar los demás.
Sin embargo, adaptar la actividad del sector inmobiliario a estos estándares representa un desafío importante. Según el Green Building Council España, solo el 15 % de los edificios en nuestro país cumplen con al menos dos tercios de los criterios de la Taxonomía de la UE. De nuevo, se trata de una cifra que resalta la urgencia de adaptación y la necesidad de evitar la devaluación de activos que no se alineen con las exigencias de sostenibilidad.
Esto nos lleva a una nueva forma de entender la edificación en la que deberemos, entre otras cosas, reducir el consumo de energía primaria no renovable, conocer y velar por reducir el potencial de calentamiento global de los nuevos edificios, gestionar los inmuebles de forma eficiente, ser conscientes de los posibles riesgos climáticos para poder incluir medidas en el diseño que mitiguen la vulnerabilidad de las propiedades , y, no menos importante, optimizar los procesos de reciclado y reutilización de los residuos en obra, además de incentivar el uso de materias secundarias como primera elección.
¿Qué fases de un proyecto abarca la Taxonomía?
Desde la selección de materiales hasta el análisis del ciclo de vida (ACV), pasando por el diseño y la modelización energética del edificio. Cada fase del proceso tiene un impacto en la sostenibilidad del proyecto.
Por ejemplo, el uso de materiales certificados, que garanticen su seguridad, su composición y procedencia, facilitan su reciclado y reutilización contribuyendo a la economía circular. Asimismo, considerar todo el ciclo de vida de un edificio, desde la extracción de materias primas hasta su desmantelamiento nos ofrece información muy valiosa para conocer la huella de carbono y poder tomar decisiones durante el diseño que ayuden a reducirla ajustando, además, el uso de recursos y energía.
Por otro lado, la optimización del consumo y la integración de energías renovables no solo reducen costes operativos, sino que también facilitan el cumplimiento normativo alineándose con la Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación. También, la gestión responsable del agua y la reducción de la toxicidad de los materiales son prácticas fundamentales para alcanzar la sostenibilidad.
Cabe destacar, por último, tecnologías como el modelado BIM, esenciales para gestionar los edificios de manera eficiente a lo largo del tiempo, adaptando los recursos a futuras necesidades y asegurando la sostenibilidad de la infraestructura, siendo un repositorio de información actualizada del edificio terminado.
Acompañando a las empresas para no quedarse atrás
Desde TÜV SÜD, ayudamos a las empresas del sector inmobiliario a cumplir con la Taxonomía Europea y alcanzar los objetivos de sostenibilidad de sus proyectos gracias a un enfoque integral.
A través de evaluaciones de alineamiento con la normativa, análisis del ciclo de vida de los edificios (ACV), evaluaciones de las estructuras e instalaciones y planes de mejora personalizados, trabajamos para optimizar los procesos de construcción y adquisición, reducir la huella de carbono y atraer a nuevos inversores.
Además, realizamos evaluaciones de riesgos, para prever los impactos futuros y garantizar la resiliencia de los edificios y ofrecemos transparencia en los reportes no financieros, asegurando el cumplimiento normativo y facilitando el acceso a la financiación sostenible.
En definitiva, el futuro del sector inmobiliario pasa por un modelo más verde, donde aquellos activos que no se alineen con la sostenibilidad corren el riesgo de perder valor en un mercado cada vez más regulado y exigente. La Taxonomía Europea es una oportunidad para impulsar la transformación del sector y garantizar la competitividad de las empresas a largo plazo.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: La sostenibilidad en el sector inmobiliario