Con el comienzo del otoño en Fairtrade Ibérica celebramos lo que denominamos nuestro Mes Fairtrade, una conmemoración muy especial en la que queremos compartir y fomentar que el Comercio Justo es un sistema comercial justo y responsable, cuyo fin es lograr poner fin a la pobreza y promover la solidaridad sostenible en todo el mundo. También en un momento en el que incidimos mucho en visibilizar y dar difusión a todos los productos con sello Fairtrade y a lo que verdaderamente significa que lleven nuestra certificación, el valor añadido que Fairtrade aporta, y todo esto lo llevamos a cabo a través de una destacada campaña de comunicación; este año en concreto nuestro leitmotiv del Mes Fairtrade se centra en el concepto del Origen de la Cultura en su más amplia extensión.
La cultura constituye y hace referencia a todo lo que implica transformación y seguir un modelo de vida. Por ello queremos incidir en el origen de la Cultura y en su relación directa con la agricultura ya que en su concepción más antigua, el término cultura hace alusión al cultivo de la tierra para la producción; y aún a día de hoy se conserva de esta manera cuando se habla de la cultura del café, la cultura del arroz, la cultura del cacao, y para nosotros el origen de la cadena de producción y los productores y productoras son el eje fundamental de nuestro trabajo diario, y son los protagonistas de nuestra historia y filosofía. Con la meta de buscar una mayor igualdad y contribuir al desarrollo sostenible mejorando las condiciones de vida y garantizando los derechos de los productores y trabajadores en todo el mundo.
En la última década el consumo ha evolucionado y ha logrado una gran transformación no solo a nivel de mercado y economía sino afectando a ámbitos tan importantes como la cultura, el estilo de vida, el personal e incluso a la sociedad en su máxima extensión.
Toda esta realidad se asienta en los últimos datos de ventas y evolución de los productos con sello Fairtrade, publicados por Fairtrade Ibérica recientemente; el importe de ventas de productos con el sello de Certificación de Comercio Justo Fairtrade ha sido cercano a los 100 millones de euros en la Península Ibérica durante 2018. Consiguiendo en España un consumo de 1,5 € por persona y año, y superando por primera vez en la historia sobrepasar la barrera del euro, un notable reflejo de la representación latente y cada vez mayor de la certificación Fairtrade en el mercado y en la sociedad.
Durante el pasado año se vendieron en la Península Ibérica con sello Fairtrade más de 1200 productos distintos de 195 marcas. El crecimiento de las ventas se debe a la destacada incorporación de empresas a la red de Comercio Justo, y el apoyo de marcas de distribución internacionales y locales de cacao orgánico.
Es importante conocer que desde Fairtrade trabajamos en el desarrollo de tres pilares fundamentales como son; el económico a través de conceptos tan necesarios como el Precio Mínimo, la Prima Fairtrade y los contratos a largo plazo, con el fin de que los productores puedan conseguir construir una mejor calidad de vida para sus familias y comunidades, además de contribuir a una mejora no solo laboral sino personal. El social trabajando de la mano de los Derechos Humanos y Laborales con la contribución a unas condiciones de trabajo más justas y unos salarios dignos, consiguiendo la prohibición del trabajo infantil, el empoderamiento de la mujer, y trabajando por una asociación de los productores en formato cooperativa y toma de decisiones de forma democrática, de esta forma contribuimos a generar menor desigualdad y a combatir la pobreza. El pilar medioambiental ayuda a favorecer la biodiversidad para evitar la deforestación para luchar contra el cambio climático, y tiene la meta de buscar una mayor igualdad y contribuir al desarrollo sostenible mejorando las condiciones de vida y garantizando el respeto y el cuidado de nuestro planeta.
Los estándares compartidos y vinculantes son el corazón del movimiento Fairtrade, son la muestra creíble de que la lucha contra la pobreza no se queda en meras palabras. Es fundamental tener conciencia de que entre todos tenemos el poder de construir un comercio respetuoso con los Derechos Humanos y el medioambiente, y es imprescindible el Comercio Justo para conseguir una economía global ética y responsable, y un mercado más justo y responsable.