Desde siempre venimos considerando a la CIENCIA como principal baluarte y eje fundamental para el desarrollo y la protección de la salud, el bienestar y los derechos básicos de los más de 8.100 millones de ciudadanos de nuestra Aldea Global. La Ciencia ha venido experimentando un desarrollo espectacular en las últimas décadas, tanto a un nivel intensivo, esto es, profundizando e intensificando los conocimientos que se tienen en cada disciplina científica, como a un nivel extensivo, esto es, ampliándose y abarcando nuevos campos del conocimiento y disciplinas, lo que hace que el Universo científico haya venido adquiriendo unas dimensiones colosales. Es difícil estimar con precisión el número de disciplinas científicas existentes en la actualidad; algunas estimaciones sugieren que existen alrededor de 4.000 disciplinas, mientras que otras llegan hasta las 10.000; ello depende en buena medida de la delimitación de las subdisciplinas y especialidades que se puedan distinguir en cada una de dichas disciplinas. En todo caso, lo que es indudable es que vienen apareciendo constantemente nuevas disciplinas y ámbitos del conocimiento como resultado de la investigación y la innovación a escala global.
Dentro de este enorme universo científico, nos vamos a referir en estas líneas a un ámbito concreto de la Ciencia y el desarrollo humano, como es el de la Energía. Una parte importante del progreso de la humanidad en estos próximos lustros dependerá del progreso científico y tecnológico que se alcance en este ámbito de la energía, tanto en el terreno cuantitativo como cualitativo. Aunque no nos vamos a referir con detalle a ello, si hemos de manifestar, en primer lugar, la suma importancia que está teniendo y va a tener el desarrollo de las energías renovables, ampliamente internalizadas en el ideario socioeconómico así como en la Agenda 2030 de la ONU, y lo trascendentales que resultan, tanto en lo relativo al no consumo de recursos naturales fósiles y/o carbonados, como a su carácter no contaminante y su contribución fundamental para evitar los efectos motivos nocivos del Cambio climático.
Dicho esto, nos vamos a referir seguidamente a un tipo concreto de Fuentes de energía que tienen un futuro tan prometedor como probablemente decisivo en el próximo devenir a medio plazo del progreso humano. Nos referimos. en primer lugar a la Fusión nuclear, esto es, a la energía que trata de emular los procesos físicos de integración de átomos que se dan en el Sol y las estrellas, y que se considera una fuente de energía limpia, ilimitada y segura para el futuro, no produciendo gases de efecto invernadero ni generando residuos radiactivos permanentes.
Recordemos que esta fusión nuclear combina dos núcleos atómicos ligeros para formar uno más pesado, liberando una gran cantidad de energía en el proceso. Las investigaciones en fusión nuclear ha avanzado significativamente en las últimas décadas, y aunque no se haya logrado aún una producción neta de energía a escala comercial, existen muy variados proyectos experimentales que están en ello. El más conocido es sin duda el ITER, una gran instalación experimental internacional situada en Francia, y que se espera que pueda llegar a demostrar la viabilidad comercial de esta fuente de energía en unos años, y para ello comenzando a producir plasma ya en 2025.
Además de este proyecto internacional, merecen mención otros varios proyectos sobre fusión nuclear, tales como el proyecto JET, ubicado en el Reino Unido, el proyecto EAST, ubicado en China, o el proyecto NIF, ubicado en California, entre otros muchos que están haciendo importantes esfuerzos económicos y científicos, y que se unen a ese gran colectivo o familia científica que en distintas partes del mundo están acercándose cada vez más al logro final de una energía comercialmente viable y que pueda llegar a medio plazo a la mayor parte de la población mundial.
Además de esta muy importante y prometedora fuente de energía, la fusión nuclear, sin duda la más conocida hasta el momento, vamos a hacer igualmente referencia en estas líneas a otra fuente energética que por otras vías podría generar igualmente electricidad ilimitada, como es la del denominado proyecto Quise, mediante la utilización de cañones de plasma y la energía geotérmica. Este proyecto, impulsado por el MIT, busca revolucionar la generación de energía mediante cañones de plasma que emiten microondas de alta potencia para perforar la tierra hasta llegar al magma terrestre, una fuente de calor ilimitada, convirtiéndola en electricidad limpia y renovable. Sin entrar en demasiados tecnicismos, se trata de una perforación a profundidades de entre 3 y 20 km., de cara a una conversión de la energía térmica del magma en un fluido muy caliente que genera vapor, que a su vez impulsa una turbina para obtener así la electricidad. El hecho de que el magma terrestre sea una fuente de energía constante y renovable que no se agota, hace que esta energía pueda considerarse ilimitada, así como limpia, ya que no se produce ninguna emisión de gases de efecto invernadero ni de otros contaminantes. Ello, aparte de la flexibilidad de su ubicación, ya que esta tecnología se podría utilizar en cualquier lugar del planeta, independientemente de las condiciones climáticas o geográficas.
En resumen, que aparte de las muy prometedoras y fundamentales energías renovables convencionales, como la eólica, solar, hidráulica, biomasa, etc. estas futuras fuentes que mencionamos ahora, considerables igualmente como renovables, bien sea utilizando como combustible los isótopos de hidrógeno (deuterio y tritio), como es la fusión nuclear, o utilizando el magma terrestre, como hace la basada en cañones de plasma, vienen a suponer algunos ejemplos, entre los muchos actualmente existentes, de los prometedores horizontes que se presentan en un futuro no tan lejano para resolver el importante problema de la limitación y la escasez energética existente todavía en nuestra Aldea Global.