El mundo está cambiando a una velocidad sin precedentes. El libre comercio de productos y servicios ha beneficiado a las empresas, consumidores y comunidades de todo el mundo. Ha contribuido a la globalización de las economías, al fortalecimiento de los vínculos entre los países y al aumento de la innovación y la eficiencia, lo que nos ha dado más opciones de productos a precios asequibles. Pero ello nos obliga también a repensar nuestros modelos de negocios parapermitir un futuro donde umpulsemos la innovación, la calidad y el rendimiento económico, al tiempo que ontegramos mejor la protección de nuestro planeta y de las personas.
En amfori, junto con todos nuestros socios y stakeholders, queremos contribuir a un mundo donde todos puedan progresar, y queremos construirlo juntos. Abordamos los retos del presente y trabajamos para buscar soluciones colaborativas ante situaciones que pueden surgir de fenómenos como la migración y su creciente papel en las cadenas de suministro y la política de sostenibilidad, el creciente proteccionismo, la igualdad, el cambio climático, el impulso cada vez mayor de la diligencia debida.
Empezando por la situación de los refugiados sirios en Turquía –más de 3,5 millones después de años de conflicto-, ¿podemos estar seguros de que sus derechos están siendo protegidos y de que pueden trabajar legalmente? En amfori abordamos desde una visión práctica esta situación y otras similares en diversas industrias, como la vitivinícola, o la textil, con proyectos concretos como el de empoderamiento de la mujer en China, India y Bangladesh, que acabamos de lanzar, el de contratación responsable, en colaboración con el gobierno tailandés, o el programa global de Vino Sostenible.
En su lucha contra el proteccionismo, amfori sigue trabajando para promover un comercio abierto y sostenible. Nos comprometemos con los grupos de interés locales e internacionales para abogar contra las tendencias proteccionistas y promover los beneficios del comercio abierto en el desarrollo sostenible. Así lo hizo antes de la 11ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio de Buenos Aires en diciembre de 2017, cuanto tomó la iniciativa de reunir a una coalición de 14 grandes organizaciones empresariales, o a través de nuestra colaboración de larga duración con el gobierno de Sri Lanka que resultó en la eliminación total de aranceles aduaneros sobre el 66% de las líneas arancelarias.
En tercer lugar, es importante mencionar que las legislaciones nacionales en toda Europa están impulsando la diligencia en materia de sostenibilidad y derechos como una obligación legal. Respetar los derechos humanos no trata solo de no hacer daño, sino de dar a las personas acceso a los frutos del desarrollo. Cualquier forma de discriminación es una barrera seria conta tal acceso. Y por eso la desigualdad de género entronca fundamentalmente con el respeto de los derechos humanos. Al hacerlo, las empresas están promoviendo los derechos de las mujeres y apoyando el desarrollo sostenible de las comunidades. Por otra parte, las mujeres se ven afectadas especialmente por el cambio climático. Por ejemplo, en el mundo rural, y según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricutura y la Alimentación (FAO), las cosechasde las mujeres podrían aumentar en un 20-30% con la capacitación adecuada y el acceso a técnicas de riego y mitigación de la sequía. Desde la aproximación sistemática a la sostenibilidad, la evaluación de riesgos que entraña a una adecuada gestión responsable de los proveedores obliga a mirar con una lente mayor, más abierta, y a trabajar en un mundo conectado. A pensar, cómo, por ejemplo, la integración de la igualdad de género en el sector agrícola puede ayudar a construir cadenas de suministro más resistentes al clima.