La crisis financiera y el cambio de mentalidad del inversor han puesto de manifiesto la necesidad de asumir una filosofía de inversión basada en el medio y largo plazo, con un elevado grado de transparencia y el tratamiento de los impactos ambientales, sociales y de gobernanza, como criterios de sostenibilidad y de gestión del riesgo.
Los inversores son cada vez más conscientes de los riesgos asociados a las prácticas que dañan el medioambiente, que socialmente son reprobables o que se fundan en modelos de gobernanza poco transparentes, poniendo en peligro la sostenibilidad, lo cual hace que el inversor ISR, sostenible y responsable, excluya a estas empresas de su universo de inversión (existen diferentes estrategias a la hora de seleccionar las inversiones, que se explican en el manual de la ISR de Spainsif).
En este contexto, Spainsif ha promovido este año un estudio sobre la fiscalidad y su tratamiento desde el inversor ISR, atendiendo a la casuística de las prácticas fiscales agresivas y de cómo éstas pueden dañar el valor de los activos a medio y largo plazo. Estudio disponible en la web de Spainsif. La fiscalidad ya no se considera únicamente un coste a ser minimizado, sino que se ha empezado a valorar de forma integral, atendiendo a los riesgos que suponen para las inversiones las prácticas fiscales poco responsables. Es por ello que estas prácticas reciben una creciente atención por parte de gobiernos, instituciones multilaterales, inversores, la sociedad en su conjunto y las propias empresas.
Según el informe de Fiscalidad del 2017, los aspectos más relevantes que permiten valorar el grado de responsabilidad fiscal de una empresa son, por este orden, los relacionados con:
• la actividad en paraísos fiscales y jurisdicciones con ventajas fiscales especiales,
• la transparencia fiscal de la empresa,
• la información relacionada con prácticas fiscales agresivas (precios de transferencia, operaciones intragrupo, etc.) y
• las cifras fiscales desagregadas país por país.
La Inversión Sostenible va aportando cada vez más valor a los grupos de interés, ya que no solo promueve las políticas responsables en las entidades a las que canaliza la inversión, sino que aporta una rentabilidad equiparable a las inversiones tradicionales e impacta directamente en la sociedad y el medio ambiente.
Este cambio de paradigma tiene su reflejo en los nuevos modelos de gestión de los intermediarios financieros, que están incluyendo en sus estrategias y operativa los criterios de sostenibilidad.
Tenemos en el mercado diferentes aproximaciones, como la banca ética, la banca social, banca responsable y la banca sostenible. Spainsif ha presentado en Madrid su segundo estudio del 2017, que lleva por título “Retos y oportunidades de la banca sostenible” y que permite profundizar en estos modelos y dar una visión panorámica de los posicionamientos de la misma en Europa.
En cuanto a la aportación de cifras de inversión sostenible a nivel mundial, siendo significativas, 24 billones de euros al cierre del 2016, según la Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), con un crecimiento del 25,2% en los dos últimos años, queda mucho por hacer. La calidad de la ISR y el mercado del inversor retail son los retos para los próximos años (ver el estudio de Eurosif del 2016, el del GSIA de ese mismo año y el de Spainsif, disponibles en la web www.spainsif.es).
Otra iniciativa de relevancia, relacionada con la ISR, es la de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las naciones Unidas, que supone una oportunidad para los inversores ISR, quienes tienen la capacidad catalizadora de impulsar estos objetivos incluyéndolos en su estrategia corporativa y de inversión. Finalmente, hacer una mención a las herramientas que ayudan al inversor ISR, de las que destacamos aquellas que aportan una mayor transparencia, como son las diferentes etiquetas internacionales; el “Transparency Code” de Eurosif, los “label” de Novethic en varios países europeos, y el label publico ASG en Francia, entre otros.
Dado que el ecosistema de la ISR se va configurando de forma clara a nivel internacional, quizás este sea un buen momento para que todos los grupos de interés relacionados con la ISR en España aúnen sus esfuerzos para logran un avance que nos alinee con otros mercados de referencia a nivel europeo.