Ser una persona cuidadora no es nada sencillo. Incluso, en la actualidad, resulta más complicado que hace unas décadas, principalmente en el caso de las mujeres, ya que al cuidado de una persona dependiente –normalmente una madre, un padre o hermanos- se le suman aspiraciones personales y profesionales que no deberían quedar apartadas por el hecho de ser una persona cuidadora.
Una persona mayor dependiente requiere atención las 24 horas del día y eso implica un enorme esfuerzo físico, mental y organizativo para la persona que la cuida. Tanto que se habla habitualmente del síndrome del cuidador quemado, padeciendo la persona afectada todo tipo de dolencias físicas y psicológicas que merman su calidad de vida y, por tanto, interfieren en la forma de cuidar a su familiar y, no menos importante, de dedicarse tiempo para ella misma.
El ritmo de envejecimiento en España y Europa es cada vez mayor, con una clara tendencia a vivir más años. Por ello, es necesario afrontar la situación de una forma decidida para que tanto las personas mayores como las personas que las cuidan puedan vivir en buenas condiciones. Hacen falta más centros especializados en el cuidado a las personas mayores, pero no a cualquier precio, sino poniendo en el centro la dignidad de las personas usuarias y la calidad del servicio.
Comprometidos con mejorar la calidad de vida de las personas mayores y la de sus familias y/o personas cuidadoras, desde Fundación Juan Cruzado-Vértice Salud, estamos creando la plataforma Cuidadores-10: Comunidad 3.0 para que las personas cuidadoras puedan acceder a un espacio profesionalizado con formación teórica-práctica y recursos sobre cómo cuidar a personas mayores dependientes y cómo ‘cuidarse para poder cuidar’.
Entre otras líneas de actuación, y alienadas con el mismo objetivo, contamos con el Centro de Día Objetivo 1 donde de forma diaria ofrecemos un servicio de atención integral a personas mayores con diferentes situaciones de dependencia, física, psíquica y/o sensorial, y valoramos como parte fundamental el trabajo con familiares, facilitando la conciliación de sus vidas personales y profesionales.
Por otro lado, fomentamos el envejecimiento activo y saludable, como medida preventiva a la dependencia, a través de nuestro programa Activa-TE de estimulación física y cognitiva a través de sesiones de Psicología, Terapia Ocupacional y Fisioterapia.
Somos firmes defensores, y, así lo practicamos desde hace años, de la metodología de la atención centrada en la persona. El café para todos afortunadamente se ha quedado atrás y ahora se atienden los gustos personalizados de cada persona usuaria para que se sientan más cómodas y seguras. También apostamos por espacios sin sujeciones donde las personas puedan sentirse libres Las personas mayores no son “abuelos o abuelas” ni deben sentirse infantilizadas. Son personas que han tenido trayectoria vital muy enriquecedora, llena de retos personales y profesionales y, por ello, tienen que ser tratadas con respeto.
Nuestro trabajo es cuidar a las personas mayores, pero también es nuestra pasión. Somos profesionales y rompemos una lanza en la defensa de todos aquellas personas cuidadoras que atienden en sus casas a sus familiares de la mejor forma que pueden y saben, con toneladas de cariño y paciencia pese a que están poniendo en juego su propia salud. Su trabajo, callado y sacrificado, no es valorado por nadie y eso debe cambiar. La creación de más centros especializados es clave y las administraciones tienen ante sí aún un reto nada fácil, pero más necesario que nunca.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de las Personas Cuidadoras