Se acerca la Navidad y con ella afloran sentimientos como la solidaridad y el apoyo hacia los más necesitados. En estas fechas, desde hace mucho tiempo, son miles las personas y organizaciones que aportan su granito de arena a través de donativos o sumándose a campañas solidarias. Ahora bien, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que hace que, durante las fiestas navideñas, se despierte nuestro lado más solidario y que muchas personas tengan una mayor tendencia que el resto del año a ayudar a quienes más lo necesitan?
Son diversos los estudios acerca del altruismo que demuestran que las personas son más solidarias cuanto más felices son. Este dato puede aplicarse a la época navideña: por norma general, en Navidad, las personas se rodean de buen ambiente (reencuentros con seres queridos, decoración bonita en casa, calles alumbradas, celebraciones, regalos…) por lo que son más felices. Esto, aunque parezca sorprendente, promueve a su vez la unión y la necesidad de ayudar a los demás, bien sea apersonas de nuestro entorno o que conozcamos, o bien a personas que no conocemos de absolutamente nada, pero sabemos que, con un pequeño gesto, podremos mejorar su vida. Asimismo, la satisfacción y liberación de oxitocina, llamada “la hormona del amor”, tras realizar una acción solidaria son otras de las razones que impulsan a los individuos a realizar este tipo de actos.
Cabe destacar, además, que este sentimiento de altruismo se ve acrecentado por la gran cantidad de galas benéficas y acciones solidarias que nos rodean como, por ejemplo, las que se emiten a través de los canales de televisión de nuestro país, los conciertos benéficos que se organizan en muchas ciudades, etc. Por otra parte, en estas fechas también aumentan las campañas de llamada a la acción para recibir donativos, lo que hace que sintamos una mayor necesidad de contribuir, empatizar y ayudar a aquellas personas de nuestra sociedad que se encuentran en una situación de desigualdad o vulnerabilidad.
Como dato curioso (y, por supuesto, muy gratificante), hay que señalar que España se presenta como uno de los países más solidarios del mundo. Según el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, nuestro país cuenta con el mayor número de personas inscritas en el Cuerpo Europeo de Solidaridad de toda Europa. Además, tal y como afirman desde Cruz Roja, España ha sido el país más solidario del mundo durante la crisis sanitaria del COVID-19, con más de 30 millones de euros donados y más de 20.000 voluntarios nuevos.
Acciones como los mercadillos solidarios de Navidad son grandes protagonistas en estas fechas. Lo importante de todo esto es que este tipo de eventos despiertan nuestro lado más comprometido, mientras ayudan a muchísimas personas que necesitan que todos aportemos nuestro granito de arena: todas aquellas que forman parte, de un modo u otro, de las entidades u organizaciones que vayan a recibir los beneficios recaudados. Personas con discapacidad o enfermedad mental, personas que atraviesan alguna enfermedad en concreto, niños en riesgo de exclusión de nuestro país o de cualquier otro rincón del mundo, personas mayores que se encuentran solas o en una situación vulnerable…
Otra de las acciones más características de estas fechas navideñas son los maratones y carreras solidarias, donde el deporte cobra todo el protagonismo convirtiéndose en el mejor aliado para aquellos que quieren ayudar. En Madrid, por ejemplo, la San Silvestre Vallecana lleva celebrándose desde hace más de 50 años. Desde 1964, cada 31 de diciembre Madrid acoge la carrera más multitudinaria y solidaria de toda España. En el año 2020, la totalidad del dinero recaudado por la compra del dorsal solidario, que ascendió a 22.265 euros, fue destinado a la lucha contra el cáncer infantil y la recogida de alimentos. El destino de los fondos cambia cada año con el fin de poder ayudar a diversos colectivos desfavorecidos.
Esto son solo algunos ejemplos de todo aquello que, en unas fechas tan especiales y señaladas, despiertan nuestro lado más solidario y nos impulsan a querer ayudar a los demás. No obstante, debemos tener en cuenta que son muchas las organizaciones que trabajan durante los 365 días del año para poder mejorar la calidad de vida de miles de personas. Por ello, es importante que seamos conscientes de que, con solo un pequeño gesto que no condiciona ni cambia nuestra vida, podemos hacer felices a miles de personas.
Es normal que en Navidad nos impliquemos mucho más por todos los estímulos y acciones de nuestro alrededor que nos incitan a ello, pero sería increíble que la conciencia y la solidaridad por las causas de justicia social formasen parte de nuestra vida todos los días.