El caso más paradigmático posiblemente sea el cambio climático: a pesar de las advertencias inequívocas de la comunidad científica, la humanidad no deja de aumentar sus emisiones de CO2, superando la concentración de este gas en la atmósfera las 402 partes por millón, la mayor en 800.000 años.
Se sabe ya bastante bien lo que no funciona y por dónde van las soluciones para intentar arreglarlo (al menos por dónde empezar). Pero la urgencia del corto plazo hace posponer una y otra vez las respuestas a los problemas de horizontes más largos. Y por desgracia, la crisis económica no ha ayudado en nada para concienciar de la necesidad de actuar frente a estos otros problemas. Todo lo contrario. Aún así, no todo son malas noticias. A pesar de todas las dificultades, cada vez son más las personas que siguen dando pasos hacia una sociedad más sostenible.
Mucho ha cambiado el panorama ambiental en España desde el primer Congreso Nacional del Medio Ambiente celebrado en 1992, con el lema “A la búsqueda de soluciones”. Hoy tengo claro que aunque se consigan retrasar esas soluciones, el proceso ya está en marcha y no se puede parar. El proyecto Conama también trata de poner su granito de arena para que sea así.
Por si a alguien le sigue cabiendo alguna duda, el acrónimo de Conama representa mucho más que unos días de congreso sobre medio ambiente. Desde hace 22 años, tratamos de crear redes y abrir espacios de entendimiento. En la última edición, participaron en la preparación del encuentro más de un millar de profesionales a lo largo de casi un año. Más allá de recordatorios para actuar, como el Día Mundial de la Tierra, la sociedad cuenta cada vez con más sistemas de participación y colaboración para avanzar realmente en sostenibilidad. Conama es uno de ellos. O así esperamos que sea.
Este año vuelve a haber congreso, Conama 2014 será del 24 al 27 de noviembre en Madrid. Al realizarse de forma participativa, el programa se irá completando a lo largo de los próximos meses alrededor de nueve líneas temáticas. No obstante, el eje central será la economía baja en carbono. O cómo hacer realidad una economía que se involucre contra el cambio climático.