Por un lado, están quienes ante casos como Enron, Parmalat, Banesto, BCCI, Gescartera y otros similares, no dudan en afirmar que las finanzas son cosa diabólica, perversa, radicalmente inmoral. Por mi parte, no puedo compartir semejante descalificación inmatizada que, si tal vez puede ser cierta en alguna circunstancia (quizá en el caso de BCCI) no debiera ser generalizable sin flagrante injusticia. El valor de esta postura no deja de ser una demasía y un intento de permanecer en lo anecdótico. Recuerdo a este respecto un caso, rayano en el chascarrillo, al toparme con un breve opúsculo, escrito por alguien que firmaba con el pseudónimo de Jay L. Walker y que se titulaba: The Complete Book of Wall Street Ethics, New York, William Morrow, 1987. Decía el autor aquello de que la obra venía a llenar un hueco en la literatura financiera… Por supuesto, el libro tenía a partir de ahí todas sus páginas en blanco… Como chiste no está mal (por cierto,La Codornizhabía hecho algo parecido ya en tiempos de Franco), pero hay que ir un poco más allá. (…)
Es ésta, si se quiere, una forma de acercarse al terreno de la ética un tanto peculiar,pero no por ello menos sugerente.
* Más información sobre DOSSIER FINANZAS Y RSE (nº 1) aquí